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El buen desenvolvimiento de las personas, su seguridad y confianza en sí mismas son algunos de los aspectos que forman parte de las habilidades sociales que se irán desarrollando y fortaleciendo con el tiempo

La importancia de las habilidades sociales en la vida

Escrito por Adriana Ramirez en .

Saber cómo manejar las emociones, resolver los problemas, tomar decisiones y sobreponernos a los altibajos son algunos de los retos a los que nos enfrentamos todos a lo largo de la vida.

Sin embargo, sabemos que no es fácil. Todas estas acciones implican un proceso de aprendizaje, concienciación y empleo de una serie de habilidades sociales que nos pueden ayudar a conocernos a nosotros mismos, crecer, desarrollarnos y relacionarnos de la mejor manera posible.

Por eso, su estudio y difusión ha tenido auge, entre otros ámbitos, en el educativo, donde los niños y los adolescentes aprenden a manejarse con otros niños y adolescentes de procedencias, experiencias y costumbres diferentes. 

Las habilidades sociales, llamadas, asimismo, habilidades para la vida, han cobrado aún una mayor importancia en el último año a raíz de la COVID-19 tanto para los estudiantes como para los teletrabajadores de todo el mundo. 

El cambio de la modalidad presencial a la virtual, para evitar contagios y muertes, ha implicado capacidad de adaptación, autonomía, aprendizaje y manejo de tanto herramientas como de entornos digitales desconocidos, y la necesidad de mantenerse concentrados y disciplinados.

Por esta razón, conceptos como asertividad, es decir, la capacidad de expresar y defender con respeto nuestras ideas, derechos y necesidades, pero también reconociendo y respetando los de los demás; empatía, la capacidad de ponernos en el lugar de los otros y entender su situación; resiliencia, la capacidad de superar las adversidades, son tan notorios en estas habilidades sociales: tienen que ver con la colaboración, la solidaridad, la toma de conciencia, la fortaleza y la autoestima que tanto necesitamos para avanzar. En fin, para vivir y contribuir al bienestar de todos. 

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Hablemos de las habilidades sociales y sus beneficios 

Las habilidades sociales son “aquellas destrezas que nos llevan a resolver problemas, a comunicarnos efectivamente y poder expresar nuestros sentimientos, pensamientos y acciones de forma acertada, para poder garantizarnos relaciones estables y duraderas”, explicó Unicef, autor del texto Habilidades para la vida: herramientas para el buen trato y la prevención de la violencia.

Agregó que las personas aprenden las habilidades para la vida a través de las experiencias, el entrenamiento intencional, el modelado o la imitación.

Por su parte, Alexis Clark, autora del artículo Aprendizaje socioemocional: lo que necesita saber, indicó que el aprendizaje socioemocional es el proceso de desarrollar y emplear habilidades tanto sociales como emocionales. 

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Así, este, también llamado alfabetización socioemocional, es el conjunto de destrezas que nos permite establecer y alcanzar metas, llevarnos bien y colaborar con los demás, ser tolerantes y forjar amistades duraderas, y resolver los problemas de una manera acorde y justa.

“Cada vez más los estudios de investigación indican que las destrezas sociales y emocionales, como la cooperación y ayudar a otros, son la base del avance personal. Los estudiantes con habilidades sólidas en estas áreas se llevan mejor con sus compañeros, es más probable que se gradúen de bachillerato y que consigan un empleo a tiempo completo. (…) Descubrimientos iniciales de otra investigación sobre el aprendizaje socioemocional indican que puede [conllevar] menos sufrimiento emocional, menos incidentes disciplinarios, mayor asistencia escolar y mejores resultados en los exámenes y las calificaciones”, dijo.

Clark citó, asimismo, a la Colaboración para el Aprendizaje Académico, Social y Emocional (Casel, por sus siglas en inglés), organización considerada colíder en el aprendizaje socioemocional en Estados Unidos. 

Señaló, pues, que Casel se concentra en cinco áreas o competencias centrales. Estas son: autoconciencia (comprende determinar “emociones, reconocer fortalezas y necesidades, y desarrollar una mentalidad de crecimiento”), autocontrol (capacidad para poder manejar las emociones, controlar los impulsos y establecer metas), conciencia social (capacidad para poder ver las situaciones desde otros ángulos, tener empatía y valorar la diversidad), habilidades para relacionarse y toma de decisiones responsables.

Entre los beneficios del aprendizaje socioemocional que enumera el mismo Casel sobresalen los relacionados con la salud mental. Así, este “disminuye la ansiedad, los problemas de conducta y el uso de sustancias de los estudiantes”, afirmó.


Mapa mental que concentra aspectos relevantes de las habilidades sociales y que están interrelacionados entre sí / Crédito: Ariadna Sacoto

Sobre Habilidades para la Vida, proyecto de la OMS

La Fundación Edex, especializada en el ámbito socioeducativo y la cual crea iniciativas para España y países iberoamericanos, adoptó Habilidades para la Vida, proyecto que impulsó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1993. En aquel entonces el organismo internacional propuso que se incluyera el proyecto en la educación formal a escala mundial con el objetivo de preparar mejor a los estudiantes para hacerles frente a las exigencias de la vida diaria.

Como otro tipo de clasificación, la idea abarca diez destrezas que son vistas como relevantes para el fomento de la competencia psicosocial de los niños y los adolescentes, más allá de los conocimientos en lectura, escritura y matemáticas.

Dichas destrezas son las habilidades emocionales, que comprenden la empatía, el manejo de las emociones y los sentimientos, y el manejo de la tensión y el estrés; las habilidades cognitivas, que abarcan el autoconocimiento, la toma de decisiones, el pensamiento creativo y el pensamiento crítico; y las habilidades sociales, es decir, la comunicación asertiva, las relaciones interpersonales y el manejo de los problemas y conflictos.


La adolescencia es una etapa clave en la que lidiamos con factores como la autoestima y la aceptación e integración en los grupos. Por eso, es tan importante el apoyo de la familia en la consecución de una personalidad en la que se valoren las virtudes, y se trabajen las debilidades / Crédito: Freepik

Sobre la también importancia de la inteligencia emocional 

La inteligencia emocional (IE) es considerada la capacidad de manejar con propiedad los sentimientos y actuar en consecuencia con los de los demás. También tiene que ver con la gestión acorde de las emociones y el respeto por las de las otras personas. 

La articulista Peg Rosen, que cita al psicólogo Daniel Goleman, quien popularizó el concepto de IE, reseñó que esta consta de cinco partes básicas: autoconciencia, es decir, el reconocimiento de las emociones y cómo estas afectan a los demás; autorregulación, el autocontrol de las personas para no actuar de manera impulsiva y, así, evitar consecuencias; motivación para lograr las metas a pesar de los pensamientos negativos y las distracciones; empatía y habilidades sociales.

Agregó que la IE es muy importante en los niños con dificultades de aprendizaje y atención, quienes se pueden sentir decepcionados, molestos, avergonzados por no lograr sus objetivos, pese a esforzarse, y, por ende, pueden abstenerse de pedir ayuda.

“Uno de los papeles importantes de la IE es moldear la manera en que respondemos a los retos. Para un chico con dificultades de aprendizaje y de atención es como un GPS que lo ayuda a navegar a través de obstáculos y dirigirse hacia el éxito. Le permite evaluar las situaciones, ponerlas en perspectiva y proponer maneras de superarlas”, dijo.

Aunque la inteligencia emocional les puede servir de base, también puede ser que algunos chicos presenten problemas con respecto a esta.

“Muchos chicos con dificultades de aprendizaje y de atención no tienen ningún problema con la inteligencia emocional. (…) Pero tener problemas con la IE puede ser una señal temprana de que un niño tiene una dificultad de aprendizaje o de atención. Un chico con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) podría pasar por alto las señales sociales, porque no está poniendo suficiente atención para entenderlas. Un chico con trastorno del procesamiento auditivo podría malinterpretar lo que otros le están diciendo. Y un niño con discapacidades del aprendizaje no verbal podría no captar ninguna señal social”, explicó.


La inteligencia emocional nos lleva a manejar las emociones, incluso en los momentos de tensión y de mayor esfuerzo / Crédito: Freepik

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