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CULTURA, FAMILIA Y SOCIEDAD

No está de más decir que la familia es el núcleo de la sociedad y, por tanto, familias fortalecidas en amor, colaboración y respeto es sinónimo de sociedades fortalecidas también.

La familia y la sociedad son, a su vez, el resultado de la cultura no en el sentido de nivel educativo, sino como reflejo de los patrones que definen las creencias, la visión del mundo y el modelo de conducta.

Los Medios de Comunicación y la Familia

Los medios de comunicación tienen tres funciones básicas: informar, educar y entretener. Cada función, bien dirigida, ejerce efectos positivos en el público, influye en la opinión pública y despierta el sentido crítico de la población.

No obstante, no siempre es así, por lo que la familia, consciente de la influencia positiva y negativa de los medios, debe saber orientar acerca de los contenidos, pero también dejar que los hijos decidan por sí mismos qué les aporta y qué no, y cuáles son las noticias falsas y las verdaderas, que tanto circulan también en las redes sociales. Incluso, cuáles son los contenidos, como videos virales, que pueden causar graves daños físicos, psicológicos, emocionales en el espectador, puesto que ahora las redes sociales pasaron a ser los nuevos medios.

¡La familia de hoy en día necesita mucha orientación!

Desarrollo Espiritual en la Familia

La educación del alma y la actitud espiritual que un individuo pueda tener con respecto al mundo solo pueden ser efecto y consecuencia de una vivencia y ejemplo familiar.

La espiritualidad no necesariamente está enlazada a una religión o a actos ritualistas de una cultura, sino que más bien tiene que ver con la apertura afectiva y mística con la que un sujeto responda a ciertas realidades que superan y trascienden lo material y probablemente lo científico.

En Superar abordamos este tema, Desarrollo Espiritual en la Familia, a fin de contribuir al crecimiento interior de cada miembro.

Polémica del Suicidio

“El suicidio —según la Organización Mundial de la Salud— es un problema de salud pública; no obstante, es prevenible mediante intervenciones oportunas, basadas en datos fidedignos y a bajo coste”.

La prevención y la posibilidad cierta de que sí se puede vencer es un primer aliento ante las siguientes cifras, que también aporta la OMS:

  • Cerca de 800.000 personas se suicidan cada año
  • El suicidio es la tercera causa de muerte para los jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y 19 años
  • El 79% de todos los suicidios se produce en países de ingresos bajos y medios

El ser humano necesita hablar, expresar aquello que encierra en su mente y corazón, y necesita ayuda cuando está en juego su vida y la estabilidad del entorno. Observar, oír, estar atento al comportamiento del otro y actuar inmediatamente es prioritario para nuestra primera meta: prevenir.

Duelo

La pérdida de un ser querido o de bienes materiales, espirituales, etc., hace que la persona viva un proceso normal de dolor y melancolía. Sin embargo, ese proceso muchas veces tropieza con la negación, la culpa, la resistencia y hasta la agresión. Es entonces cuando requiere un tratamiento y orientación adecuada y especializada.

Son indispensables las herramientas cognitivas, afectivas, psicológicas y hasta físicas para sobreponerse al duelo, al dolor.

A veces la persona no puede sola y a veces el duelo se convierte, si no se trata oportuna y adecuadamente, en depresión, considerada la principal causa mundial de discapacidad. Por tanto, se recomienda estar atento y proceder.

“Las personas con depresión que no buscan ayuda sufren innecesariamente. Los sentimientos y preocupaciones no expresados, acompañados por una sensación de aislamiento, pueden empeorar la depresión. No está de más la importancia de obtener atención médica profesional de calidad” (Asociación Americana de Psicología).

Depresión

En ciertos momentos de la vida una persona puede sentir tensión, tristeza, mal humor, falta de atención, indecisión, falta de voluntad… Vivencias que cuando obedecen a causas externas como pérdidas afectivas, económicas, de salud, entre otras, se consideran reacciones normales.

No obstante, cuando el estado de aflicción, ansiedad, estrés se prolonga, surge la depresión como un trastorno profundo y muchas veces incapacitante. La depresión puede ser el resultado del estrés crónico o la reacción aguda frente a un hecho muy doloroso e imprevisto. Es importante intervenir de forma integral y rápidamente.

“La depresión es muy tratable cuando una persona recibe atención competente. Los psicólogos están entre los proveedores de salud mental con autorización para ejercer y muy capacitados, con años de experiencia en el estudio de la depresión y ayudan a los pacientes a recuperarse de ella” (Asociación Americana de Psicología).

Estrés

Actualmente, el ser humano está sometido a sobrecargas de estímulos provenientes del medioambiente que afectan su capacidad de tolerancia, reflexión, resistencia física, por lo que el individuo cae en un malestar general.

Es importante buscar alternativas que mejoren su estilo de vida. Si el estrés se intensifica y se prolonga, deriva en depresión y puede llegar a ser incapacitante.

Los efectos perjudiciales son muchos y fuertes. De acuerdo con la Asociación Americana de Psicología:

  • El estrés envejece a una persona más rápido de lo normal
  • A largo plazo puede alterar el sistema inmunológico
  • Imposibilita la capacidad del cerebro de bloquear ciertas toxinas y otras moléculas más grandes, potencialmente dañinas, condición que es común en pacientes con alzhéimer
  • Puede empeorar factores de riesgo existentes como la hipertensión y los altos niveles de colesterol
  • Lleva a descuidar la alimentación equilibrada y la actividad física, tan importantes para una buena salud
  • Puede complicar la capacidad de recuperación en una enfermedad seria

¡Si está atravesando por un cuadro fuerte de estrés, pida ayuda ya!

“En tiempos de gran estrés o adversidad, siempre es mejor mantenerse ocupado, para canalizar su ira y su energía en algo positivo” (Lee Iacocca, ejecutivo estadounidense).

Ver también Capacitación: Cultura, Familia y Sociedad: Depresión


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