En mis miles de horas de escucha, he confirmado algo que sé con certeza: la escucha es lo que cuenta. No importa si estamos en la misma habitación o conectados a través de una pantalla; cuando alguien se siente realmente escuchado, la terapia sucede.
Cuando inicié mi práctica en modalidad online, me pregunté si la ausencia del consultorio cambiaría la profundidad del proceso. ¿Se podría sostener la misma confianza? ¿La pantalla sería una barrera? ¿El silencio del consultorio se perdería en la virtualidad?
La respuesta llegó con cada sesión, con cada historia compartida, con cada pausa que resonaba igual que en un espacio físico. Descubrí que la cercanía no depende del lugar, sino de la calidad del encuentro. La distancia desaparece cuando hay una presencia genuina, cuando la palabra encuentra su lugar y cuando la conexión entre terapeuta y paciente se construye con la misma entrega de siempre.

Hoy, la terapia online es un espacio legítimo, accesible y profundo. No es una versión reducida de la terapia presencial, sino otra forma, igualmente poderosa, de sostener procesos de cambio y crecimiento.
Lo que realmente importa en la terapia online
La terapia no es solo un espacio para hablar de problemas; es un lugar donde podemos permitirnos mirar lo que nos pasa con honestidad y sin juicio. Es un camino para liberarnos de cargas innecesarias y construir nuevas maneras de vivir.
Decir lo que nunca hemos podido nombrar. Hay pensamientos y emociones que hemos guardado durante años. A veces porque no encontramos las palabras, otras porque nunca tuvimos un espacio seguro para decirlas. En terapia, lo innombrable puede volverse palabra.
Sentir alivio al pensar en lo que nos duele. A veces evitamos enfrentar ciertos temas porque nos asusta lo que puedan despertar. Pero cuando lo hacemos acompañados, cuando podemos hablar sin miedo a ser juzgados, el peso se vuelve más ligero.
Aprender a escucharnos y a sentirnos escuchados. En la prisa del día a día, solemos ignorar nuestra propia voz. La terapia nos ayuda a reconocer lo que sentimos y a darle el valor que merece.

Crear nuevas formas de vivir. No se trata solo de entender el pasado, sino de descubrir formas más sanas y auténticas de estar en el mundo. En terapia, podemos encontrar nuevas maneras de relacionarnos, de tomar decisiones y de construir nuestro presente.
Volver a conectar con nosotros mismos. En algún punto de la vida, muchos nos perdemos entre las expectativas de los demás, las exigencias externas y las presiones que nos imponemos. La terapia es un camino de regreso a lo que realmente somos.
Tomar decisiones con mayor claridad. La duda nos paraliza cuando no sabemos desde dónde estamos eligiendo. En terapia, aprendemos a tomar distancia, mirar nuestras opciones con más objetividad y decidir desde un lugar más auténtico.
Cómo prepararte para la terapia online
Sé que no podré ofrecerte un pañuelo si lo necesitas, por eso te pido que los tengas cerca. Tampoco podré alcanzarte un vaso de agua si sientes que te cuesta respirar, pero tener uno a la mano puede ayudar. Son detalles pequeños, pero hacen la diferencia cuando estamos hablando de algo importante.
Para que tu sesión sea lo más provechosa posible, hay algunas cosas que pueden ayudarte.

Antes de la sesión, busca un espacio donde puedas estar tranquilo y hablar con libertad. La privacidad es clave para que te sientas cómodo.
Asegura una conexión estable para evitar interrupciones.
Verifica que tu dispositivo funcione bien. La cámara y el micrófono deben estar en buen estado para que podamos vernos y escucharnos sin dificultad.
Si puedes, usa auriculares. Mejorarán la calidad del sonido y ayudarán a mantener la privacidad de la conversación.
Minimiza distracciones. Pon el teléfono en modo “No molestar” y evita interrupciones. Este es un espacio para ti, y merece toda tu atención.
Acceso a la sesión
Para proteger tu privacidad, cada sesión tiene un enlace único. Lo recibirás unos minutos antes del inicio a través del medio previamente acordado.
No necesitas descargar nada ni crear cuentas. Solo sigue el enlace y conéctate a la hora establecida.
Es importante conectarse puntualmente. La sesión tiene una duración de entre 35 y 50 minutos, dependiendo del proceso y las necesidades del momento.
Si tienes problemas técnicos, avísame lo antes posible para encontrar una solución.
Normas básicas
La confidencialidad es fundamental. Todo lo que hablamos en sesión es privado, pero es importante que estés en un lugar donde nadie más pueda escuchar.
No se permite grabar la sesión en ningún formato, para resguardar la privacidad del proceso.
Evita distracciones. No atiendas llamadas ni revises mensajes mientras estemos en sesión. La terapia requiere atención plena.
Si no puedes asistir, avísame con tiempo para reprogramar la sesión.
Cierre de sesión y transición: el paso necesario para volver al mundo
Cuando terminamos una sesión en un consultorio, el cierre no ocurre en el mismo instante en que la conversación finaliza. Salimos de la sala, caminamos un poco, sentimos el aire en el rostro, tal vez tomamos agua o nos damos un momento para respirar antes de continuar con el día.

En la terapia online, este cierre sigue siendo necesario. No basta con presionar un botón y seguir como si nada. Te invito a que, al finalizar la sesión:
Cierres completamente la plataforma de la sesión. Dejarla abierta puede hacer que sientas que la sesión no ha concluido mentalmente.
Te levantes del lugar donde estuviste sentado. Cambiar de espacio ayuda a marcar una diferencia entre el tiempo de terapia y el resto del día.
Des un pequeño paseo dentro de casa o simplemente te muevas un poco antes de retomar tus actividades.
Si tienes la posibilidad, abre una ventana, respira profundamente o bebe un vaso de agua. Estos pequeños gestos ayudan a hacer la transición de la sesión a la vida cotidiana.
No te quedes quieto en el mismo lugar procesando lo hablado en soledad. Permite que tu cuerpo también haga su parte en el cierre del encuentro.
Si tienes dudas sobre la terapia online, pregúntame. Estoy aquí para acompañarte.
La cercanía en la distancia
Cuando comencé a atender en esta modalidad, pensé que la pantalla podría ser un obstáculo. Con el tiempo, entendí que la cercanía no depende del lugar, sino de la manera en que estamos para el otro.
En cada sesión, veo cómo la distancia desaparece cuando hay una verdadera escucha. Cuando alguien se siente comprendido por primera vez. Cuando una palabra dicha en el momento justo puede hacer que todo empiece a cambiar.
Si estás aquí, tal vez sea porque una parte de ti necesita este espacio. No importa dónde estés, lo importante es empezar.
¿Cómo comenzar?
Si deseas agendar una consulta online, puedes contactarme a través de:
Correo: info@superar.org
Teléfono/WhatsApp: +593 9 84384807 | +593 9 98562998
Nos encontramos en la sesión.
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