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Los tratamientos, por lo general, comprenden psicoterapia y fármacos o una combinación de ambos.

Tratamiento y estilo de vida para afrontar la depresión y la ansiedad

Escrito por Adriana Ramirez en .

La depresión y la ansiedad tienen tratamiento. Es de suma importancia que lo sepas, dado que con un tratamiento adecuado y oportuno puedes disfrutar de una mejor calidad de vida, sentirte más tranquilo, tranquila, y tanto rendir como cumplir con tus actividades diarias.

Ten presente, además, que aun cuando los problemas de salud mental son frecuentes en todo el mundo, pueden incidir en menos años de vida en relación con las personas que carecen de ellos, y también pueden acarrear discapacidad. Es de suma relevancia que lo analices, ya que un tratamiento profesional y especializado te puede ayudar a ti o a algún conocido que lo necesite.

Así, ¿cómo se hace el diagnóstico? ¿Cuál es el tratamiento más recomendado? ¿Cuáles pudieran ser las sugerencias para llevar un estilo de vida saludable que favorezca el estado de ánimo y todo el organismo? 

En primer lugar, la depresión y la ansiedad se pueden presentar como trastornos separados, pero también juntos. 

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El diagnóstico, hecho por un profesional, determinará el caso partiendo del historial, del comportamiento y del estado mental en el momento de evaluar al paciente; también se basará en los síntomas y en si el problema se debe a alguna enfermedad física. 

“No es inusual que junto con las enfermedades a largo plazo (crónicas) se produzcan problemas de salud mental, especialmente depresión y ansiedad. Por ejemplo, es posible que usted tenga diabetes y también se sienta muy triste. Esté deprimido y note que su salud física está empeorando; quizás le esté subiendo la presión arterial. Tenga asma, se sienta muy ansioso y a veces tenga ataques de pánico. (…) Las personas que tienen enfermedades crónicas como artritis, asma, diabetes, cáncer, enfermedades cardiacas, hepatitis C y ataques cerebrales también suelen tener depresión. La depresión también suele presentarse con el dolor crónico”, afirmó la empresa aseguradora Cigna, de Estados Unidos.

A su vez, Mayo Clinic, centro de investigación y atención médica del mismo país, advirtió que se puede dificultar la determinación del diagnóstico de los trastornos de ansiedad, que pueden ir desde las fobias hasta el trastorno obsesivo compulsivo, dado que tienden a presentarse junto a otros problemas.  

“Los trastornos de ansiedad a menudo se producen junto con otros trastornos de salud mental, como la depresión o el abuso de sustancias, lo que puede complicar la determinación del diagnóstico”, afirmó. 

No obstante, la Asociación de Ansiedad y Depresión de Estados Unidos (ADAA, por sus siglas en inglés) dejó claro que, aun cuando ambos trastornos son diferentes, existen cada vez más pruebas que apuntan hacia su relación estrecha.

“Los trastornos de depresión y ansiedad son diferentes, pero las personas con depresión a  menudo experimentan síntomas similares a los de un trastorno de ansiedad, como nerviosismo, irritabilidad, problemas para dormir y concentrarse. Pero cada trastorno tiene sus propias causas y sus propios síntomas emocionales y conductuales. Muchas personas que desarrollan depresión, tienen antecedentes de un trastorno de ansiedad en una etapa anterior de la vida. No hay evidencia de que un trastorno cause el otro, pero hay evidencia clara de que muchas personas padecen ambos trastornos”, indicó.

Tratamiento recomendado para la depresión y la ansiedad 

Por lo general, para ambos casos se sugiere la psicoterapia, los medicamentos o una combinación de los dos. Sin embargo, hay que saber que cada paciente es único, por lo que el tratamiento puede variar y, sí ser, por supuesto, personalizado.

La psicoterapia tiene como fin abordar los pensamientos, sentimientos y problemas que la persona afronta en ese momento. La idea consiste en que la persona pueda aprender habilidades para afrontar la vida, modificar conductas que le causen inconvenientes, hallar soluciones y prepararse para el futuro.

Es muy importante que hable con honestidad sobre lo que le pasa, cuáles son sus pensamientos y sentimientos. Con la terapia se puede mejorar la calidad de vida, dejar de fumar o de consumir drogas y alcohol, beneficiar las relaciones con el entorno, superar el miedo y la inseguridad, entender el porqué de hechos que ocurrieron en el pasado, controlar el estrés…  


Como parte del diagnóstico de la afección, el especialista puede indicarle a la persona que se haga exámenes médicos para descartar enfermedades orgánicas / Crédito: Freepik 

“Con la psicoterapia se ofrece seguridad, confianza, comprensión y apoyo emocional; se intentan corregir los pensamientos distorsionados; se explica el carácter temporal y se desdramatiza la situación; se consigue la participación del paciente en el proceso curativo y, por último, se enseña a prever posibles recaídas”, explicó, por su parte, la Clínica Universidad de Navarra, de España.

En el caso del tratamiento farmacológico, se usan antidepresivos, ansiolíticos y otros fármacos coadyuvantes. Tal es el caso de las hormonas tiroideas, el carbonato de litio o los psicoestimulantes. 

El estilo de vida: qué hacer y por qué es importante   

El estilo de vida tiene que ver con el modo en el que vivimos y cómo este incide en nuestra salud, por lo que es necesario que sepamos cuáles son sus aspectos positivos y negativos.

Si adoptamos una vida sedentaria, no nos alimentamos adecuadamente, no nos hidratamos y nos sentimos irritables y estresados, lo más probable es que veamos consecuencias en nuestra salud física y mental. Entre ellas, las enfermedades crónicas, el mal estado de ánimo, el deterioro de nuestras relaciones…

Si, por el contrario, somos personas activas, nos ejercitamos, tratamos de controlar el estrés, nos relacionamos con personas que aportan a nuestra felicidad y paz, seguro que nos sentiremos mejor y más plenos. 

Por esa razón, te recomendamos:

  • Dormir lo suficiente. El sueño está intrínsecamente ligado a la salud mental y al rendimiento, a la concentración y a la productividad.
  • Ejercitarte con frecuencia. El ejercicio puede contribuir, entre otros aspectos, a la maduración del sistema nervioso motor. 
  • Alimentarte equilibradamente, tomar agua y limitar el café, dado que este último puede agravar el estrés y la ansiedad.
  • No fumar. La nicotina, al igual que la cafeína, puede aumentar la ansiedad.
  • No consumir drogas ni alcohol. Estos productos causan enfermedades y adicciones, y reducen la capacidad de respuesta y rendimiento. Nos pueden llevar a la agresividad, la violencia, y a cometer delitos.
  • Compartir. Las relaciones sociales positivas enriquecen nuestro corazón y mente.
  • Informarte acerca de la enfermedad que estés viviendo o que esté viviendo algún conocido.
  • Escribir un diario. Esta herramienta puede ayudar a saber cuáles son los factores que causan estrés. También, a determinar cómo ha sido la evolución de la persona.
  • Pedir ayuda si la necesitas y ayudar a quien lo requiera.

La actividad física regular favorece el buen estado de ánimo, el rendimiento y las relaciones con otras personas / Crédito: Freepik

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