La escritura es una de las actividades que se recomiendan para no solo desarrollar la creatividad y la imaginación, ampliar el vocabulario y agudizar la capacidad de análisis, comprensión y expresión, sino también para mejorar el estado de ánimo y contribuir a la salud mental (y si se contribuye a la salud mental, también, por supuesto, se contribuye a la salud física y emocional).
Especialistas del área de la salud mental, y de la misma escritura, recomiendan el hábito de escribir con regularidad para drenar sentimientos, pensamientos, recuerdos, etc., de manera que la persona pueda sanar y cerrar heridas definitivamente, hacerse con una nueva forma de ver la vida, conductas y reacciones; hacerse con un nuevo hábito y adquirir herramientas que le permitan calmarse y controlar el estrés, la ansiedad, la ira, la decepción, entre otros estados de ánimo.
Cuando una persona se sienta frente a la pantalla de la computadora, ante una hoja de papel o siquiera ante el mismo celular, y comienza a escribir aquello que le pasó y que quizás le causó un trauma, o incluso cuando plasma a través de las letras aquello que siente y que no sabe cómo expresar o que se inhibe de hacerlo, puede ver cómo salen, poco a poco (sin caer en la violencia o en la agresividad), una serie de sentimientos que tiene contenidos, reprimidos, pero que debe soltar; de lo contrario, ese malestar puede perjudicarlo más adelante, si es que ya no lo hace.
El manejo adecuado y consciente de las emociones negativas es fundamental para la salud. Cuando la persona adquiere conciencia de lo importante que es relajarse, no estresarse por situaciones que tienen solución, que no son de relevancia o que hay maneras de sobrellevarlas, concentrarse en el presente (esto significa no vivir del pasado ni tampoco caer en la incertidumbre de lo que deparará el futuro) e inculcárselo así a otras personas, está en la capacidad de, primero, mejorar su vida en general; segundo, adquirir hábitos que favorezcan su proceder y relaciones diarias y, tercero, aprender otras actividades que incluso lo puedan llenar y satisfacer.
Se trata de actividades que, tal vez, se cree que son para otras personas, pero que cuando se decide a aprenderlas o a practicarlas a diario, se puede ver que son muy útiles, placenteras y hasta se pueden volver necesarias durante el día.
Tal es el caso del ejercicio, la meditación, la lectura, la pintura y también la escritura, que independientemente de lo compleja que pueda llegar a ser o de las dificultades que se puedan tener al escribir, puede ayudar incluso a la concentración, la toma de decisiones reflexivas y la memoria. También puede contribuir a aprender a entender y tolerar (o analizar en frío) otros puntos de vista, reacciones o comportamientos que tuvieron otras personas en el pasado o incluso en el presente.
Por otro lado, no hay que ser escritor o siquiera un buen redactor para expresar por escrito aquello que se sienta o se piense, incluyendo, claro está, los miedos, las preocupaciones, las decepciones, la ira o la incertidumbre. Cuando una persona decide escribir con regularidad aquello que está sucediendo en su mundo interior, bien sea que esté atravesando por alguna condición propia de salud mental o no, no necesita preocuparse por no cometer errores al escribir, por seguir una estructura determinada o por el juicio de los demás. Simple y llanamente es un texto libre, precisamente para que la persona se sienta con la libertad de expresarse como quiere, sin ataduras ni miedo a que lo juzguen, lo critiquen, lo rechacen o no lo entiendan.
Sin embargo, incluso un escritor profesional puede apelar a, precisamente, la escritura, para exteriorizar situaciones autobiográficas, reflejarlas tal como pasaron y sanar progresivamente, esto es, avanzar en la vida. De este modo, también puede hacer que otros se vean reflejados en las mismas situaciones y hasta aprendan maneras diferentes de entenderlas, entender el proceder de los demás y superarlas.
Un diario, un buen amigo
Un diario constituye, según especialistas, un buen amigo para dejar fluir el mundo interior, y tanto el hábito de llenarlo diariamente como su relectura ayudan a mejorar y a ver con más claridad y objetividad situaciones que se han vivido, entendiendo que es mejor expresar que reprimir sentimientos y pensamientos, pero de un modo adecuado.
“Una de las formas de lidiar con cualquier sentimiento abrumador es hallar una manera saludable de expresarse. Esto hace que un diario sea una herramienta útil para controlar su salud mental. Llevar un diario puede ayudarlo a:
- manejar la ansiedad;
- reducir el estrés;
- lidiar con la depresión.
Escribir en un diario ayuda a controlar los síntomas y a mejorar el estado de ánimo al:
- ayudar a priorizar problemas, miedos y preocupaciones;
- hacer un seguimiento de cualquier síntoma día a día para que la persona pueda reconocer los factores desencadenantes y aprender formas de manejarlos mejor;
- proporcionar una oportunidad para el diálogo interno positivo e identificar pensamientos y comportamientos negativos”, indicó el Centro Médico de la Universidad de Rochester, de Estados Unidos.

La lectura, a su vez, incluyendo la relectura de lo que la misma persona escribe (autobiográfico o no), favorece el desarrollo de la imaginación y la creatividad, el entendimiento de otros puntos de vista y el cambio o la reafirmación de los propios, el hábito de dormir bien, la ampliación del vocabulario, el desarrollo del cerebro de los niños, la empatía, la curiosidad y el fortalecimiento mental.
“Piense en la lectura como un ejercicio para su cerebro, que literalmente cambia su mente. Según la Academia Estadounidense de Neurología, se ha demostrado que las actividades estimulantes del cerebro a partir de la lectura ralentizan el deterioro cognitivo en la vejez en personas que participaron en actividades más estimulantes mentalmente a lo largo de su vida. También ha mostrado una tasa más lenta de disminución de la memoria y otras capacidades mentales”, señaló la Universidad Nacional, también de Estados Unidos.
Si, por otro lado, la palabra escrita (con amplitud) no es la opción, según las preferencias de la persona, también se podría apelar al dibujo (por ejemplo, los cómics), que pudiera reflejar lo que se quiere expresar pero a través de la imagen y de los textos breves.
Beneficios del hábito de la escritura para la salud mental
Recuérdese que la escritura ayuda a mejorar y fortalecer la salud mental y, si esta se beneficia, también lo hacen la salud física y la emocional.
De este modo, el útil hábito de la escritura favorece:
- El desarrollo de la capacidad de análisis, comprensión y expresión.
- La calma y la relajación.
- El reconocimiento de conductas, expresiones, pensamientos y sentimientos propios y ajenos.
- La recuperación y el perdón.
- El entendimiento o siquiera la reafirmación de puntos de vista propios y ajenos.
- El reconocimiento de la conciencia de uno mismo (autoconciencia).
- La identificación de detonantes y maneras de controlarlos.
- El desarrollo de la creatividad y la imaginación, lo cual beneficiará la autoestima, el desempeño diario, incluso en el trabajo, la adquisición de hábitos, el aprendizaje de otras actividades o la solución de problemas.
- El desarrollo del necesario hábito de la lectura.
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