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Se debe abogar por el fomento de la lectura fácil en todos los ámbitos a fin de que las personas con dificultades lectoras transitorias o permanentes puedan acceder a la información de manera plena

Razones para disfrutar de la lectura y abogar por la lectura fácil

Escrito por Adriana Ramirez en .

Leer, en general, es una de las actividades formativas y recreativas más importantes que hay. ¿Por qué? Pues las razones sobran, y la lectura fácil, un derecho que se debe ejercer y respetar, también. Ambos campos contribuyen a la educación, información, cultura, poder de decisión y libertad de pensamiento.

En primer lugar, leer es mucho más que un verbo en infinitivo. Implica un proceso de aprendizaje del alfabeto, los sonidos de las letras y su relación con las palabras, la construcción de estas y sus significados, la pronunciación, la escritura, la comprensión lectora, etc., que lleva a las personas a crecer intelectualmente, comunicarse de manera oral o escrita, entender y crear contenidos, desarrollar tanto la imaginación como la creatividad, estudiar y trabajar.

Sin embargo, dicho proceso no solo comprende la formación académica que se recibe en la escuela y tanto la atención como la intervención oportuna en casos que ameritan más dedicación y esfuerzo, sino también el ejemplo que inculquen los padres en casa (si los hijos ven que estos leen, lo más probable es que sigan el hábito; también influye la paciencia y el apoyo que brinden) y hasta la labor de especialistas en lectura para ayudar a corregir dificultades.

Lee nuestro artículo Datos para saber más sobre la dislexia:

El hábito de la lectura, además, contribuye de la siguiente manera:

  • Enriquece el vocabulario y la capacidad de expresión.
  • Favorece la empatía cuando los lectores son capaces de ponerse en el lugar de quien trata la historia.
  • Estimula las buenas relaciones y lazos afectivos entre los miembros de la familia, los del salón de clases y hasta de los grupos de lectura.
  • Motiva el hábito de la escritura, que permite, a su vez, el desarrollo de las ideas, la ilación de las oraciones y los párrafos, la capacidad de investigación y verificación de información, la interpretación y el análisis.
  • Favorece el sentido crítico y la adquisición de conocimientos.
  • Contribuye a la atención, la percepción, la concentración, el razonamiento y la memoria.
  • Ayuda a evitar o controlar el estrés.
  • Fomenta la aptitud de mantener buenas conversaciones.
  • Ayuda a la conservación y difusión de las lenguas, la cultura, y el aprendizaje de idiomas, lo que también enriquece la salud mental.

La lectura, asimismo, aporta a la autoestima. Reforzar este hábito y mejorar las deficiencias que se puedan tener ayudan a estimular el buen concepto y la seguridad en sí mismos, lo cual es sumamente importante para cualquier persona.

Por todo ello, leer se convierte en una necesidad que se debe satisfacer constantemente y mejor aún si se hace en familia. Ahora bien, siempre es adecuado permitirles a los hijos escoger las obras y los formatos de lectura que más les gusten. La lectura debe ser un hábito que surja y se desarrolle gracias también a la espontaneidad.

¿Qué es la lectura fácil?

En primer lugar, y tal como se dijo al principio, la lectura fácil es un derecho que debe ser ejercido y satisfecho en todos los ámbitos. El objetivo es, al igual que la lectura corriente, permitir el libre acceso a la información y comprensión de, sobre todo, aquellas personas que necesitan un tipo de texto diferente ―más sencillo y claro― para poderlo entender.

En este sentido, la Asociación Lectura Fácil apuntó que este tipo de lectura se dirige a todas las personas por igual, pero, en especial, a aquellas que presentan dificultades lectoras transitorias o permanentes por diferentes razones.

“La lectura fácil se dirige a todas las personas, en especial a aquellas que tienen dificultades lectoras transitorias (inmigración, incorporación tardía a la lectura, escolarización deficiente…) o permanentes (trastornos del aprendizaje, diversidad funcional, senilidad)”, informó.

Sin embargo, la mayor parte de los textos, incluso médicos, educativos, jurídicos o los propios de la Administración Pública, están escritos de una manera compleja (en cuanto a, por ejemplo, la sintaxis, el lenguaje y los tecnicismos usados) y no consideran las necesidades de comunicación y comprensión de todos por igual.

De ahí que sea tan importante conocer cuáles son las características de la lectura fácil, para hacer que las personas que la necesitan puedan acceder a ella en todos los ámbitos y a toda hora.

La lectura fácil “son libros, documentos administrativos y legales, textos informativos, páginas web… que siguen las directrices internacionales de la IFLA (International Federation of Library Associations and Institutions) y de Inclusion Europe en cuanto al lenguaje, el contenido y la forma. La ALF revisa los materiales de lectura fácil y los valida con el logo LF”, señaló la ONG.

Por su parte, Discapnet, portal especializado en discapacidad, indicó que “se llama lectura fácil aquellos contenidos que han sido resumidos y realizados con lenguaje sencillo y claro, de forma que puedan ser entendidos por [en principio, pero no son los únicos] personas con discapacidad cognitiva o discapacidad intelectual. (…) Incluso hay varios niveles de lectura fácil, incluyendo en muchas ocasiones imágenes, dibujos o pictogramas (imagen más palabra que define lo que aparece en imagen) que hacen una asociación de ideas más fácil de comprender el contenido que se está leyendo. No se debe confundir el lenguaje sencillo y claro, a la utilización del lenguaje infantil o demasiado coloquial. El rasgo esencial es que la información no sea confusa y que esté bien estructurada”.

A su vez, Discapnet da las siguientes pautas para escribir bien en lectura fácil:

  • Se deben usar frases cortas.
  • Se deben evitar frases negativas.
  • Se debe evitar el empleo de muchos números, pero si se usan, es mejor que estén en guarismos y no en letras.
  • Se deben evitar comparaciones o metáforas que sean confusas.
  • Se debe velar por que haya un mensaje por frase.
  • Se deben encadenar las frases, una con otra, a fin de que el lector pueda seguir el hilo del texto.
  • Se recomienda usar imágenes o pictogramas.
  • Se aconseja evitar los tecnicismos, las abreviaturas y las iniciales.
  • El vocabulario debe ser sencillo.

Escribir en lectura fácil, a su vez, da una gran ventaja: la persona desarrolla la capacidad de la concisión y expresión de manera puntual, coherente y breve. 

Por último, queremos mencionar los consejos que dan la asociación Down España y el medio de comunicación inclusivo mexicano Yo También sobre cómo escribir en lectura fácil y cómo hacer que los textos sean inclusivos en las redes sociales, respectivamente.

¡También queremos invitarlos a leer cada día en familia!

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