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Terry Fox se destacó, de acuerdo con la fundación que lleva su nombre, por su carácter voluntarioso, decidido, competitivo y por su fortaleza mental

Terry Fox, un ícono de lucha y perseverancia

Escrito por Adriana Ramirez en .

Terry Fox, joven deportista canadiense, pasó a la historia de la humanidad como un ejemplo de voluntad, tesón y disciplina al proponerse una meta que, quizás, para muchos, podría ser imposible e inalcanzable: correr a lo largo de su país, aun cuando había perdido parte de la pierna derecha y, por tanto, usaba una prótesis, debido al cáncer. 

Así, tenía varios objetivos: recaudar fondos y crear conciencia para contribuir a la investigación y cura de esta enfermedad, el cáncer, que para los años ochenta aún requería adelantos. A su vez, también aspiraba a demostrar que una persona no es menos por haber tenido una amputación ni tampoco una discapacidad. 

Y para ello creó la carrera que él mismo llamó Maratón de la Esperanza. Esta gesta, que la inició en Canadá en 1980, se replicó a escala internacional en 1992 y aún se lleva a cabo ―cada año― en varios países.

Motivado por el sufrimiento que causa el cáncer, que le fue diagnosticado en 1977, cuando tenía 18 años de edad; por el dolor que vivían otros pacientes, por la necesidad de que las personas se pudieran curar…, decidió crear el maratón para que cada canadiense donase tan solo un dólar a la causa, con lo que aspiraba a conseguir en aquel entonces 22 millones de dólares. 

Dado el impacto que tuvo su hazaña, puesto que recorrió 6 estados ―en 143 días― con tan solo una prótesis en la pierna derecha (además de los sentimientos, sensaciones y el dolor que ello le acarreaba), también recibió donaciones de empresas y entes gubernamentales. De este modo, logró recaudar, para el 1 de febrero de 1981, la cifra de 24,17 millones de dólares. 

Así, lo que comenzó como la aspiración de una sola persona, quien, sin embargo, murió tiempo después por el mismo cáncer, se transformó en múltiples resultados y hoy en día la Fundación Terry Fox afirma en su página web que “se han recaudado más de 800 millones de dólares para la investigación del cáncer en nombre de Terry”.

Terrance Stanley Fox es su nombre y pasó a la historia como mejor se le conoce: Terry Fox.

Terry tenía 18 años cuando le diagnosticaron sarcoma osteogénico. Después de un fuerte tratamiento (y mucho entrenamiento), hizo un viaje épico para recaudar dinero y crear conciencia acerca de la investigación del cáncer 

Breve cronología de una proeza

Fox nació el 28 de julio de 1958 en Winnipeg, Manitoba, y murió el 28 de junio de 1981, en la ciudad de New Westminster, de la provincia de la Columbia Británica, en Canadá. El deceso, que ocurrió justo un mes antes de que cumpliera 23 años de edad, conllevó un duelo en el país y a que se izaran las banderas a media asta.

Tiempo después, en 2005, cuando se cumplieron 25 años del Maratón de la Esperanza, se hicieron varios actos y gestos para reconocer su proeza. Así, la Casa de la Moneda de Canadá emitió la moneda de 1 dólar con la imagen de Terry Fox, el autor canadiense Douglas Coupland publicó la obra Terry, la cadena de televisión CTV produjo la película Terry y más de 14.000 canadienses caminaron por el puente Confederación como parte de la carrera Terry Fox.

Aunque este fue un aguerrido deportista desde niño, al que la constancia, la perseverancia y la ambición de mejorar lo llevaron, según la misma fundación, a destacarse en deportes como el baloncesto (se dice que, por ejemplo, no tenía la estatura recomendada para esta disciplina, pero que era tan voluntarioso que se ganó un lugar en los equipos en los que estuvo, y también practicó otros deportes como rugby, béisbol y atletismo), fue diagnosticado de cáncer en 1977 después de haber sufrido un accidente de tránsito. Por esa razón, se le amputaron 15 centímetros por encima de la rodilla.

“Los dolores son comunes en la vida de un atleta, pero al final del primer año de universidad [de Terry Fox], sintió un nuevo y alarmante dolor en la rodilla. Una mañana se despertó y vio que no se podía parar. Una semana después se enteró de que no se trataba de un problema del cartílago, tal como había pensado. Tenía un tumor maligno; le amputarían la pierna dentro de cuatro días. Los médicos le dijeron sin rodeos q  ue, debido a los recientes avances de la investigación [científica], sus posibilidades de supervivencia eran del 50% al 70%. Si se hubiera enfermado dos años antes, habrían sido del 15%”, explicó la ONG.

Sin embargo, para Fox hubo una inspiración. La noche antes de la amputación leyó el caso del doctor Dick Traum, quien fundó el Achilles Track Club, ahora conocido como Achilles International, ONG que está dirigida a atletas que tengan algún tipo de discapacidad, a fin de proveerles de entrenamiento y ayudas, y se encuentra en países como Brasil, Colombia y Ecuador. 

Cabe destacar que Traum, quien tenía una prótesis en la pierna, hizo el Maratón de Nueva York en 1976 y se convirtió en el primer atleta, que tuviera una amputación, en completar dicha actividad.

De este modo, Fox comenzó a entrenarse en 1979 y durante ese tiempo recorrió más de 5.000 kilómetros. El 12 de abril de 1980, no obstante, empezó su gesta y atravesó 6 provincias, haciendo, de este modo, un promedio de 46 kilómetros al día. Durante el recorrido contó, entre otras situaciones, con palabras de aliento de la gente, bocinazos, saludos y la donación directa de dinero e incluso de objetos.

Luego, el 1 de septiembre de 1980, cuando ya había corrido durante 143 días, dejó de hacerlo fuera de la zona de Thunder Bay, de Ontario. La razón: el cáncer había afectado los pulmones e hizo que regresara a la Columbia Británica, donde vivía, para recibir tratamiento. 

“Tengo cáncer en los pulmones. Tenemos que irnos a casa y hacer algunos tratamientos más. Pero todo lo que puedo decir es que si hay alguna forma de salir y terminar, lo haré”, afirmó.

“Todos hemos visto lo que un hombre puede lograr. Veamos qué pasa cuando todos lo intentamos. Da hoy y honra el intento de Terry”, anunció la Fundación Terry Fox.

Al año siguiente, específicamente, el 1 de febrero de 1981, su aspiración se materializó y fue entonces cuando se recaudaron 24,17 millones de dólares para la investigación y concienciación sobre el cáncer. Luego, el 2 de septiembre, Isadore Sharp, presidente y director ejecutivo de los Four Seasons Hotels and Resorts, y quien también perdió un hijo por el cáncer, le envió una comunicación a la familia Fox para anunciar su compromiso de organizar una campaña de recaudación de fondos. Esta se haría todos los años en nombre de Terry Fox.

“Tú lo empezaste. No descansaremos hasta que se haga realidad tu sueño de encontrar una cura para el cáncer”, dijo el también escritor, según reseña la fundación.

Después, el 7 de septiembre, la cadena CTV llevó a cabo un teletón que duró 5 horas y recabó 10 millones de dólares más.   

Posteriormente, el 13 de septiembre se celebró la primera carrera Terry Fox (esta forma parte de otras actividades de recaudación de fondos para la investigación sobre el cáncer) en más de 760 sitios de Canadá y en todo el mundo. En el evento participaron más de 300.000 personas y se recaudaron 3,5 millones de dólares. Dicha carrera se hace cada año durante el periodo otoñal y reúne a más de 650 comunidades de Canadá. La próxima está pautada para el 19 de septiembre.

Cabe destacar que, como parte de otros hechos importantes, en 2007 se creó el Instituto de Investigación Terry Fox que tiene como fin investigar, mejorar la investigación sobre el cáncer y empoderar a equipos de investigación.

Terry Fox “cambió la actitud de la gente hacia las personas con discapacidad y demostró que, si bien el cáncer se había apoderado de su pierna, su espíritu era inquebrantable. Su Maratón de la Esperanza había comenzado como un sueño improbable. Dos amigos: uno para conducir la camioneta [se refieren a Doug Alward, amigo de la infancia de Terry Fox, y quien lo acompañó], y otro para correr una franja de autopista y la firme creencia de que podían hacer un milagro”, indicó la ONG para reconocer la gallardía de un chico, que, desde pequeño, se destacó por lo que él consideraba era su mayor virtud: la fortaleza mental. 

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