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El acoso escolar puede dejar secuelas, entre ellas, el estrés postraumático

¿Qué hacer ante el acoso escolar?

Escrito por Adriana Ramirez en .

El acoso escolar, comúnmente llamado bullying, es un grave problema que afecta hoy en día a niños y adolescentes de todo el mundo. Eso lo sabemos. También sabemos que en esta época de la aún COVID-19 algunos colegios han vuelto a las clases presenciales; en otros se combina la modalidad presencial y a distancia, pero en otros siguen solo a distancia, siempre y cuando se cuente con acceso a computadoras, Internet, electricidad, etc.

Por eso, el regreso a las clases presenciales también podría implicar el riesgo de acoso en las aulas, el patio, la entrada, los alrededores y el camino hacia el colegio, o, incluso, la continuación de algún tipo de ciberacoso en las redes sociales, por ejemplo, si es que ya se está dando, y los padres o los maestros quizás no saben.

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Entonces surge la pregunta: ¿qué hacer ante el acoso escolar?

Ante todo, informarnos y mantenernos al tanto del problema; en segundo lugar, estar atentos, padres y profesores, a los cambios emocionales y de conducta de los niños y adolescentes; en tercer lugar, evitar esta situación a toda costa,nunca participar en ella ni alentarla y ponerle punto final apenas ocurra; en cuarto lugar, inculcar el uso responsable de las herramientas tecnológicas que usamos como lo son el Internet, las redes sociales, los correos electrónicos y los teléfonos inteligentes, y, por último, denunciar o ayudar a denunciar, pero velando, entre otras medidas de seguridad, por la protección de la identidad de la persona.

También, por supuesto, crear o participar en campañas para difundir el caso y ayudar a prevenirlo. Recordemos que las páginas webs, los videos, los pódcasts, las redes sociales y los correos electrónicos son plataformas potentes que, además de servir para difundir información y relacionarnos, también son importantes en la creación de conciencia y en la prevención de daños.

Asimismo, se recomienda participar en grupos de apoyo y activismo contra esta forma de agresión.

El acoso es, en realidad, una situación que se puede dar en el colegio, en la universidad, en el trabajo… Y una situación que se puede evitar. Sus consecuencias son perjudiciales para el rendimiento, la productividad, las relaciones, la deserción escolar, la renuncia en los puestos de empleo, la concentración, la autoestima y la salud física y mental.

Acoso escolar

“La violencia en el entorno escolar designa todas las formas de violencia que se manifiestan en la escuela y alrededor de esta, que son padecidas por los alumnos y perpetradas por otros alumnos, docentes y demás miembros del personal docente. La violencia en la escuela incluye el acoso y el ciberacoso. El acoso es una de las formas más corrientes de violencia en la escuela y afecta a uno de cada tres jóvenes”, dijo la Unesco.

El organismo, a la vez, se refirió al contenido de un informe que publicó y en el que expuso que más del 30% de los alumnos de todo el mundo han sido víctimas de acoso. 

Visto que el acoso forma parte de la violencia, que puede ser física, psicológica, emocional, económica, sexual, etc., se entiende como un tipo de comportamiento intencional y agresivo que ocurre de manera continua en contra de una o varias personas y que lo pueden llevar a cabo uno o varios sujetos por diferentes motivos. 

Dichos motivos pueden ir desde ver al acosado como el “más débil”, quizás por su tamaño, peso, discapacidad, posición socioeconómica, etc., hasta porque ellos mismos carecen de alguna virtud que quisieran tener, como es el caso de las buenas notas, la inteligencia, la belleza física…

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“Los elementos que intervienen en el acoso escolar son el acosador, la víctima y los observadores. El acosador pretende obtener un rédito, un beneficio de este comportamiento ―popularidad, poder, etc.―, y no cesa en su cometido si no tiene ninguna sanción.  La víctima sufre a menudo en silencio esta situación. Los observadores pasivos legitiman el acoso. Algunos pueden participar en el mismo como colaboradores y otros sencillamente observan el proceso sin intervenir”, acotó, por su parte, la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar (Aepae). 

Por otro lado, los tipos de acoso son de tipo físico, psicológico y sexual. El acoso físico comprende golpes, empujones, cachetadas, patadas, palizas, y hasta la destrucción de bienes. El acoso psicológico engloba lo referente a insultos, amenazas, burlas, y también influye en las relaciones mediante la difusión de rumores y la exclusión de grupos. El acoso sexual se da, por último, a través de las burlas, los comentarios y los gestos de tipo sexual.

Por otro lado, está el ciberacoso, el cual también forma parte de los tipos de violencia. 

“El ciberacoso es una forma de intimidación psicológica o sexual que tiene lugar en línea. Abarca la publicación o el envío de mensajes electrónicos, incluyendo textos, fotos o videos, con el objetivo de acosar, amenazar o atacar a otra persona por medio de diferentes redes sociales. El ciberacoso consiste fundamentalmente en propagar rumores, difundir informaciones falsas o mensajes hirientes, fotos o comentarios embarazosos o también excluir a alguien de las redes sociales u otros medios de comunicación”, agregó la Unesco.

¿Por qué se puede ser víctima del acoso de los demás?

Las razones, como ya dijimos, son varias. No obstante, además de que pueden influir factores como la apariencia física, el origen étnico, la nacionalidad, el idioma, la religión, la posición socioeconómica, la orientación sexual, algún tipo de discapacidad y hasta la tendencia política de algún familiar, también se cree que el acosador refleje y descargue en el acosado algún tipo de problema que esté viviendo, que lo afecta y que no sabe cómo resolver, cómo lidiar con él. Quizás sus padres discuten y se agreden, sus hermanos no se la llevan bien entre sí, sus hermanos o alguno de ellos lo agrede…

Así, las consecuencias del acoso escolar, además de ser evidentes mediante moretones, fracturas, agresiones sexuales y accidentes, también pueden ―o no, al menos a simple vista― ser notorias en cuanto a los sentimientos, el sufrimiento, los pensamientos y las acciones de la persona acosada.

La Unesco acotó que el acoso escolar socava el sentimiento de pertenencia a la escuela, afecta el acceso a la educación, incide en una mayor propensión a manifestar sentimientos de exclusión y al deseo de abandonar el colegio al terminar la secundaria. Además de eso, estos niños sacan calificaciones más bajas que los niños que no son acosados.

“Consecuencias para la salud: el acoso afecta la salud mental y el bienestar de los niños. Son más los niños que han sido víctimas de acoso que presentan sentimientos de soledad e ideas suicidas, así como los que tienen mayores tasas de consumo de tabaco, alcohol o cannabis, y que confiesan sentirse menos satisfechos con sus vidas y estado de salud. La violencia en la escuela también puede causar heridas y daños físicos”, señaló.

Así mismo, la violencia en contra de los niños y las niñas varía en cierto modo. Cuando se trata de los varones se da más el hostigamiento y la violencia física, pero cuando se trata de las niñas es un poco más frecuente la intimidación psicológica, sobre todo el ciberacoso.

Por otro lado, indicó que tanto los niños como las niñas están expuestos al acoso sexual en más o menos igual medida, pero son las niñas las que están más sujetas a dicho acoso en Internet.


El ciberacoso se puede dar en las redes sociales, los correos electrónicos, los videos, los mensajes de texto, etc. / Crédito: Pexels

¿Cómo saber si un niño o un adolescente sufren acoso escolar?

Es importante tener presentes cambios en el estado de ánimo y en la conducta del chico. Si este o esta, por ejemplo, se niegan a ir a clases de manera continua, si sufren ataques físicos, si se vuelven irascibles, si se deprimen, si no quieren comer, si se aíslan de los demás, si reciben mensajes hirientes, si empiezan a consumir alcohol y otras drogas, se debe preguntar qué ocurre lo antes posible, hablar con el profesor y tanto con el agresor o los agresores como con sus padres. Es muy importante, a su vez, no incentivar la violencia ni la retaliación.

El acoso escolar y la educación

“Aprender debe ser una experiencia alegre y no es posible aprender si un niño tiene miedo de lo que sucederá en la escuela, si sufre violencia en la escuela o cuando va hacia ella”, dijo el Banco Mundial (BM), que reseñó las palabras de Chloe Fevre, especialista sénior en prevención de violencia, del organismo.

Según el BM, el pertenecer a un estrato socioeconómico bajo es el principal factor para predecir si un joven de un país desarrollado será blanco de acoso escolar. Si, además, es inmigrante, las probabilidades de que esto ocurra se incrementan.

De este modo, dicho acoso no puede ser visto como “cosa de niños”, afirmó, cuando atenta contra la educación de calidad, especialmente en regiones como América Latina y el Caribe, donde, aun cuando la asistencia escolar es casi universal, dijo basándose en un estudio que él mismo hizo, se aprende poco.

En este sentido, aumentan otros graves problemas como son la pobreza y la desigualdad.

El ente refirió, con base en el mismo estudio que refiere la Unesco, otros datos importantes:

  1. El acoso físico es el tipo de agresión más frecuente en todas las regiones del mundo, a excepción de Estados Unidos y Europa. En estos, más bien, ocurre en mayor medida el acoso psicológico. Así, el 16,1% de los niños que han sido intimidados han recibido patadas, golpes, empujones o han sido encerrados.
  2. El acoso sexual es considerado el segundo tipo más frecuente de acoso escolar en muchas regiones del mundo. El 11,2% de los niños que han sido acosados de esta manera han dicho que les han hecho bromas, comentarios o gestos sexuales.
  3. Aunque el ciberacoso es visto como el menos común, afecta a 1 de cada 10 niños en algunas regiones. Afirmó que existen menos datos sobre este tipo de acoso, a diferencia de los demás.

 ¿Qué es ¡Bullying No!?

¡Bullying No! es, en primer lugar, una campaña que hizo Superar Centro Integral de Psicología en 2012 para prevenir el flagelo del acoso en los centros educativos del Ecuador. 

¡Bullying No! nació, pues, como consecuencia de un llamado de auxilio en la consulta privada y confidencial de Superar, en la que pacientes hablaban de la situación que estaban atravesando, padeciendo, y que necesitaban detener, dado que se hallaban gravemente afectados.

Así las cosas, en 2012 se tuvo la necesidad de crear dicha campaña por la falta de información sobre el acoso escolar en el país y la poca atención que se le daba. 

¡Bullying No! también surgió como parte de las actividades concientizadoras de Superar sobre temas relacionados con la psicología y que afectan tanto a la persona que lo enfrenta como a su familia. 

Por eso mismo también nos dirigimos a las instituciones educativas y ofrecemos charlas, talleres y atención psicológica, que comprenden cinco fases y que tienen, entre otros fines, trabajar con los maestros, alumnos y padres.

De este modo, ¡Bullying No! busca psicoeducar a la comunidad educativa acerca del problema y tanto contribuir a erradicarlo como a reducir el riesgo de incidencia y sus consecuencias.

En segundo lugar, se trata de una herramienta pedagógica que abarca archivos musicales y digitales para que los profesores y los padres puedan trabajar con canciones, mensajes y lecturas. En esta labor se contó con la participación del artista ecuatoriano Ricardo Williams y de Indira Ullauri, psicóloga clínica y gerente de Superar, quien hizo una guía para la educación de valores en el aula y en la familia.

Ullauri agregó que para evitar situaciones como el acoso escolar “se debe educar para la convivencia con empatía, aceptación de las diferencias, tolerancia y habilidad para manejar los conflictos”. 

Ello es de suma relevancia en ámbitos como el hogar, la escuela y la sociedad a fin de prevenir esa clase de problemas y hacer énfasis en dos aspectos que son esenciales y que reiteramos: el valor de la empatía y la aceptación de las diferencias.

“La convivencia en paz requiere una crianza sujeta a vínculos de amor, respeto, normas. Requiere regulaciones que nos permitan mirar y defender nuestros derechos, pero también los de los demás; requiere educación para mirar al otro con empatía, aceptación, confianza. Requiere que cultivemos solidaridad a través del ejemplo. Reconocer nuestro valor personal es reconocernos en el mundo con otros con los que debemos saber convivir”, dijo.


Para evitar el acoso escolar se necesita la cooperación de todos y hacer énfasis tanto en el valor de la empatía como en la aceptación de las diferencias / Crédito: Freepik

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