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Carolina Jácome, psicóloga infantil y psicorrehabilitadora

Carolina Jácome: Es esencial la confianza y seguridad de los hijos y padres en el terapeuta

Escrito por Adriana Ramirez en .

Carolina Jácome, psicóloga infantil y psicorrehabilitadora, aboga por la importancia de que los padres estén conscientes del papel crucial que desempeñan en la formación y evolución de los hijos.

Esto significa que, si bien es cierto que otros factores como la escuela, los amigos, los psicólogos, la tecnología, etc., ejercen un papel importante en los niños y adolescentes, son los padres y la familia los que moldearán su carácter, inculcarán ejemplos, serán modelos por seguir e influirán en su personalidad, virtudes y defectos, en sus fortalezas y miedos o debilidades, etc.

Por tanto, los padres deben estar muy conscientes de cuán fundamentales son en la vida de ellos y en cómo, entre otros aspectos, pueden hacerles frente a sus problemas o dificultades a fin de poder resolverlos con acierto y salir adelante.

De ahí que también sea tan importante que busquen ayuda de manera oportuna, para que sus hijos sean asistidos con prontitud, integridad y profesionalismo, y, de este modo, se eviten consecuencias que se pudieran evitar.

La también especialista en evaluación e intervención en trastornos del neurodesarrollo, magíster en educación especial y miembro del equipo de Superar Centro Integral de Psicología, habla de dos palabras clave en la consulta: confianza y seguridad. Ambas cobran una especial notoriedad en el trabajo con los niños y adolescentes, de manera que puedan trabajar mejor con el especialista, pero también con los mismos padres, ya que si ellos ven que sus hijos confían y se sienten seguros, también lo van a hacer.

“Me gusta que los padres sepan cómo nos fue en cada sesión y que sientan confianza y seguridad en quien está trabajando con sus hijos. Por eso, luego de cada sesión converso con ellos un momento sobre el proceso. Cuando los niños tienen esta referencia social ―positiva― hacia la terapeuta, eso hace que se sientan seguros y, cuando los padres ven a sus hijos con esa actitud, pues, se convierten en padres mucho más colaboradores y participativos en el proceso terapéutico”, explicó. 

  • Hábleme de su especialización, tomando en cuenta que ha hecho varios estudios, y cuáles han sido sus principales aprendizajes.

―La psicología infantil es una rama de la psicología que se enfoca en las dificultades emocionales y del neurodesarrollo de niños, niñas y adolescentes. Estas pueden deberse a factores ambientales (familia, entorno educativo, entorno social) y factores biológicos.

Cada uno de los estudios realizados ha sido fundamental para consolidar mi perfil como profesional, y, así, dar una respuesta óptima a las familias que buscan un método adecuado para la resolución del conflicto que puede estar presentando el paciente y que afecta directamente al grupo familiar.

Uno de los principales aprendizajes que he tenido a través de los años de consulta es que los padres puedan reconocer la importancia de pedir ayuda profesional a tiempo. Esto, sin duda, ayuda a que las dificultades que puede presentar un niño sean abordadas de forma oportuna, y, así, evitar un peregrinaje sin fin por instituciones educativas, o problemas en el seno familiar, que ocurren cuando los padres van dándose cuenta de que el niño presenta dificultades de diferente índole. 

  • Cuénteme cómo ha sido su experiencia al trabajar con niños, cuál tiende a ser el comportamiento de ellos (si es que se puede generalizar) en cuanto a situaciones de salud mental y cuál tiende a ser la actitud de la familia.

―Con respecto a los niños, hay que saber reconocer que no todos son iguales y evidentemente no podemos generalizar, y si bien he tenido niños demandantes, tímidos, desafiantes, pues, gratamente puedo decir que todos han terminado disfrutando de las sesiones. Para mí, como terapeuta, es vital que ellos sientan confianza y, sobre todo, alegría, o como ellos dicen: “Están amarillos” (el color que la alegría tiene como emoción), pues solo a través de la confianza y seguridad se puede generar un aprendizaje significativo. 

Y es ahí también donde el papel de los padres es fundamental. Me gusta que los padres sepan cómo nos fue en cada sesión y que sientan confianza y seguridad en quien está trabajando con sus hijos. Por eso, luego de cada sesión converso con ellos un momento sobre el proceso. Cuando los niños tienen esta referencia social ―positiva― hacia la terapeuta, eso hace que se sientan seguros y, cuando los padres ven a sus hijos con esa actitud, pues, se convierten en padres mucho más colaboradores y participativos en el proceso terapéutico. 

A través de los años he podido ver diferentes tipos de actitud en los padres. Si bien la mayoría que llega a la consulta viene con una actitud abierta y dispuestos a que los ayuden y a seguir recomendaciones especializadas, hay también padres que no son conscientes de la importancia de su presencia y acción en el proceso de su hijo/a. Afortunadamente, esto ocurre en un mínimo porcentaje. 

  • ¿Qué papel cobra la familia y la sociedad en el mejoramiento de la salud mental de los niños?

―La familia es el espacio primario en donde el tipo de apego que los padres generen en los niños va a influir directamente en la manera en la que el niño va a comunicarse con el entorno. 

Existe una idea errónea por la que muchas veces pensamos que el colegio, los amigos, los profesores o, incluso la tecnología, son los responsables de lo “malo” que le puede pasar a nuestro hijo, pero es preciso recordar que todo lo que lo rodea es parte de las decisiones de los padres. 

Lo que es fundamental con la familia es no generar falsas expectativas y ser claros en que todo proceso toma tiempo y necesita ayuda y refuerzo en el espacio seguro de cada niño (su hogar), puesto que nosotros somos solo los que lo acompañaremos en un período, mientras que su familia será la que sostenga estos procesos para que lo aprendido se mantenga a través del tiempo.

Entonces, muchas veces dentro de los procesos que tienen que ver con los niños han sido los padres los que han reconocido la importancia de trabajar en ellos mismos a través de un proceso psicológico individual, para, así, trabajar en aquello que está influyendo de manera no positiva en la vida de su hijo. 

  • Ahorita que aún estamos con la pandemia, qué puede decir acerca de sus impresiones con respecto a la salud mental de la población en general.

―En el tiempo de pandemia cuando todos estábamos confinados pude observar cómo muchos adultos no lograban estar consigo mismos, les costaba encontrarse en su casa y darse cuenta de que en el “no hacer nada” tenían que mirar hacia sí mismos, y, claro, la incertidumbre de qué vendría después dio paso a niveles de angustia y ansiedad que llevaron a muchas personas a buscar ayuda profesional.

La pandemia nos ha demostrado la importancia no solo de saber estar con “uno mismo”, sino de cultivar aficiones para que al estar solos, sea más placentero el momento, y ahí el arte y la imaginación tienen un gran espacio. Creo que muchas de las personas que durante su vida han desarrollado una habilidad artística lograron mantenerse a flote manteniendo esa actividad e incluso compartiéndola a los demás a través de redes sociales. Muchos artistas compartieron su arte y se dio una gran cadena de solidaridad mediante estos espacios. 

En cuanto al área infantil, considero que los niños nos han dado una lección total de adaptación, siendo ellos los más sacrificados a nivel social y educativo. No han podido jugar como se debe; sus amigos desaparecieron un día; dejaron de jugar en canchas y parques para acomodarse en sus cuartos y en los espacios que cada familia adecuó y les permitió estar, para ver a sus profes, a sus amigos, abuelos e incluso a las personas que cuidaban de ellos de lejos… a través de la pantalla.

Ellos simplemente aceptaron los cambios y han ido poco a poco adaptándose a esta nueva realidad. En buena hora, poco a poco han ido retomando espacios y veo cómo al llegar a las sesiones están pendientes de sus mascarillas, de pedir alcohol y lavarse las manitos. Están claros en que hay un virus que puede hacer daño, pero también de disfrutar al máximo estar fuera de casa, aunque sea por unas horas. 

  • ¿Qué puede decir sobre la salud mental de los niños y adolescentes inmigrantes?

―Es una problemática que como sociedad no podemos desentendernos; es preciso actuar con empatía.

Los niños y adolescentes inmigrantes están expuestos todos los días a los estigmas de una sociedad que, muchas veces, indolente, los ve como una molestia.

El sentimiento de desarraigo, saberse diferentes, sentirse excluidos y muchas veces no aceptados puede ser el caldo de cultivo para el desarrollo de muchos trastornos en su salud mental.

Es preciso que las políticas tanto públicas como privadas sean encaminadas a abordar esta situación de una forma integral; no es solo darles techo y comida: es hacerlos sentir que pertenecen a algún lugar. 

Personalmente considero que hay que trabajar mucho con sus padres para quitar el estigma de que un inmigrante pertenece a la calle, y solo debe y puede vivir de la ayuda social; que debe saber que es un espacio nuevo y que, aunque al principio cueste, si ellos aportan de manera positiva, innegablemente la sociedad poco a poco los irá acogiendo. 

  • ¿Qué se necesita para mejorar con respecto a la educación especial?

―Creo que hace falta mayor información hacia la sociedad en relación con la educación especial para generar empatía hacia las personas con una discapacidad o condición específica, y que todos sepamos los beneficios que la ley otorga a las personas con alguna condición especial y que puedan ser 100% utilizados solo por aquellos que verdaderamente los necesiten.Que las políticas que se desarrollen sean políticas aplicables y útiles para los educadores, terapeutas e instituciones de educación especial y regular. Y para que, de este modo, los procesos de integración y adaptación sean procesos lógicos y ejecutables.

“Lo que es fundamental con la familia es no generar falsas expectativas y ser claros en que todo proceso toma tiempo y necesita ayuda y refuerzo en el espacio seguro de cada niño (su hogar)”

Carolina Jácome, psicóloga infantil

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