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La dislexia es un problema del aprendizaje común pero poco diagnosticado. Puede presentarse junto a otros problemas del aprendizaje como es el caso del TDAH

Datos para saber más sobre la dislexia

Escrito por Adriana Ramirez en .

Seguramente has oído hablar sobre la dislexia, un problema del aprendizaje que, así como afecta la lectura, la comprensión lectora, la ortografía, la escritura y las matemáticas, también puede contribuir a otras habilidades como el rápido procesamiento visual y espacial, el razonamiento tridimensional, integral, holístico; la interrelación de diferentes disciplinas y tanto el reconocimiento como la distinción de patrones y tendencias.

¿Sabías que las personas con dislexia son consideradas creativas e intuitivas? ¿Sabías que, por ejemplo, existen empresarios y figuras del cine que presentan dislexia pero que han sabido destacarse y lograr sus metas?

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Pues bien, la empresa social Change Dyslexia (esta afirma tener como objetivo poner en práctica más de seis años de investigación por medio de una organización independiente que se dedica a la reducción global de las tasas de deserción estudiantil por la dislexia) apunta que, según un estudio del Cass Business School de Londres, el 20% de los empresarios del Reino Unido y el 35% de los fundadores de empresas en Estados Unidos tienen dislexia.

“Algunos emprendedores con mucho éxito tienen dislexia, como el chef Jamie Oliver o el fundador de Ikea, Ingvar Kamprad, o Richard Branson, fundador de Virgin Group. Las personas con dislexia son creativas, intuitivas, con un pensamiento ‘out of the box’, por lo que tienen habilidad para plantear soluciones novedosas, innovadoras”, aseguró Change Dyslexia, que fue creada por la galardonada investigadora española Luz Rello. 

Rello es otro ejemplo de que sí se puede, pese a los retos que significa esta dificultad. Aun cuando también tiene dislexia, se dedicó a investigar cómo se puede ayudar a las personas con este problema mediante la tecnología e integra los resultados en diferentes aplicaciones webs y para dispositivos móviles. Tal es el caso de iDEAL, lector de libros electrónicos (presta asistencia a la lectura para Android) y Dyseggxia (Piruletras) (sirve para mejorar la ortografía de los niños con dislexia para iOS).

Por su parte, en el cine se destacan la actriz y presentadora de Estados Unidos, Whoopi Goldberg, a quien su madre la animó a lograr sus sueños, y el director, también estadounidense, Steven Spielberg, quien, al descubrir a los 60 años que tenía dislexia, pudo entender el porqué de sus problemas en la escuela, donde profesores lo consideraban perezoso.

Aun así, se debe tener presente que la dislexia amerita el conocimiento cabal del caso; la detección oportuna y completa; estrategias y una enseñanza específica, y mucho esfuerzo por parte de la persona, que puede ver afectada su autoestima, seguridad en sí mismo y éxito académico y laboral. También se necesita del apoyo de los padres y de personal calificado como, por ejemplo, profesores, psicopedagogos, psicólogos clínicos o neuropsicólogos, que, cada uno en su área, puede contribuir a su desarrollo.


De izquierda a derecha y de arriba abajo: Luz Rello, creadora de Change Dyslexia, es licenciada en Lingüística y doctora en Informática por la Universitat Pompeu Fabra. A su vez, es investigadora asociada en la Carnegie Mellon University. Richard Branson es, por su parte, un famoso empresario inglés; Jamie Oliver, un destacado chef, también del Reino Unido, e Ingvar Kamprad, creador de Ikea / Crédito: Freepik

Para entender la dislexia

La dislexia es “una discapacidad específica del aprendizaje de origen neurobiológico. Se caracteriza por dificultades con el conocimiento preciso y/o fluido de las palabras y por una mala ortografía y descodificación. Estas dificultades suelen ser el resultado de un déficit en el componente fonológico del lenguaje que a menudo es inesperado en relación con otras habilidades cognitivas y la provisión de una instrucción eficaz en el aula. Las consecuencias secundarias pueden incluir problemas en la comprensión de lectura y una experiencia de lectura reducida que puede impedir el incremento del vocabulario y los conocimientos previos”, indicó la Asociación Mundial de la Dislexia (IDA, por sus siglas en inglés).

A su vez, es considerada un problema de aprendizaje común, que afecta a las personas de diferentes modos, por lo que los síntomas pueden variar. La dislexia tampoco es el producto de un problema de la vista (en cuanto a la inversión de las letras que ocurre en esta discapacidad de aprendizaje), tal como creen algunas personas, ni tiene nada que ver con la inteligencia general. 

Esto último también sucede, por ejemplo, con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). De hecho, personas con esta afección también pueden llegar a ser muy exitosas, creativas y productivas en la adultez. De ahí la importancia del diagnóstico, la intervención y el tratamiento oportunos y adecuados. De ese modo, se evitan casos como la baja autoestima, los problemas para tolerar la frustración, la depresión, la ansiedad, los casos de alcoholismo, drogadicción y suicidio, las malas relaciones y tanto los problemas económicos como el desempleo.

Change Dyslexia afirma que existen personas con dislexia que tienen diferentes coeficientes intelectuales (CI), y una de las pruebas que debe formar parte de la evaluación diagnóstica es precisamente la de la inteligencia

“Si el niño presenta inteligencia normal o superior pero no logra las habilidades lingüísticas de lectura, escritura y ortografía en consonancia con su edad y sus habilidades intelectuales, puede tener dislexia”, advirtió.

Agregó que, aun cuando este trastorno es, por lo general, oculto y muy poco tratado, tiene una alta prevalencia; es decir, se calcula que entre el 7% y el 10% de la población lo afrontan.

Por su parte, el KidsHealth, de Estados Unidos, aclaró que la dislexia no es una enfermedad y que tiende a darse en grupos familiares. Acotó que tiene que ver con la manera en que el cerebro procesa la información y que el cerebro de las personas con dislexia no funciona adecuadamente cuando estas leen.

“La dislexia no es una enfermedad. Se trata de una afección con la que se nace y que se suele dar por familias. La gente con dislexia no es tonta ni holgazana. La mayoría de los disléxicos tienen una inteligencia normal o por encima de lo normal, y se esfuerzan mucho en superar sus problemas de aprendizaje. Las investigaciones indican que la dislexia ocurre por la forma en que el cerebro procesa la información. Las imágenes cerebrales muestran que cuando las personas con dislexia leen, usan partes del cerebro distintas a las que usa la gente sin dislexia. Estas imágenes también muestran que el cerebro de la gente con dislexia no funciona eficazmente mientras lee. Por eso, su lectura parece tan lenta y costosa”, explicó.


Pese al reto que significa la dislexia, otras personas se han destacado en áreas tan complejas como la ciencia y la arquitectura. “En el Reino Unido, el Royal College of Art asegura tener un 25% de disléxicos entre sus estudiantes, cifras similares a las encontradas en la Facultad de Ingeniería de la University College. En ciencias se destaca Carol Greider, premio Nobel de Medicina 2009, quien fue rechazada de varias universidades por no haber pasado el examen de ingreso debido a su dislexia. Y en el ámbito de la arquitectura y el diseño se encuentran Richard Rogers (Centro Pompidou), Jorn Utzon (Ópera de Sídney) o Jon Ivy (Apple)”, agregó Change Dyslexia. (En la gráfica se muestran de izquierda a derecha y de arriba abajo: El danés Jorn Utzon; la estadounidense Carol Greider; el inglés Richard Rogers y el también inglés Jonathan Ive / Crédito: Freepik

El ente acotó que los niños con dislexia presentan problemas de conciencia fonológica (capacidad para reconocer los sonidos del habla; los problemas de este tipo pueden surgir en la etapa preescolar); problemas para crear correspondencias entre los grafemas y los fonemas (para conectar los sonidos con las letras del abecedario) y problemas para reconocer rápidamente las palabras. Por tanto, la lectura no termina siendo un proceso automático, sino lento, que amerita un gran esfuerzo. Esta situación también implica problemas para entender y, posiblemente, mal estado de ánimo, frustración.

“Una suposición habitual consiste en creer que la dislexia implica invertir el orden de las letras dentro de las palabras, por ejemplo, leer ‘eva’ en vez de ‘ave’. Este tipo de problema puede formar parte de la dislexia, pero las inversiones son muy habituales hasta el primer o segundo curso de primaria en todos los niños, no solo en los que tienen dislexia”, aclaró.

De ahí la gran importancia de saber analizar los síntomas, a fin de hacer un diagnóstico adecuado, y con ello, implementar una intervención y un tratamiento cónsono con la afección real de la persona. De este modo, los padres ahorran tiempo y dinero, además de preocupaciones por un diagnóstico errado. 

Por otro lado, los niños reciben una atención más rápida y apropiada, completa, que puede traducirse en la superación de la dificultad (aunque no desaparezca), en un mejor rendimiento académico y en tanto la mejora como el fortalecimiento de la autoestima.

Gracias a una enseñanza y a estrategias adecuadas, la mayoría de los niños con dislexia pueden aprender a leer, para, así, seguir el ritmo de las clases convencionales.

“Los niños con dislexia suelen trabajar con un profesor de apoyo, tutor o educador psicopedagógico especializado en la lectura que les enseña a leer y escribir, así como a gestionar sus dificultades de aprendizaje. Es posible que el tutor, el psicólogo o el pediatra de su hijo les recomiende un educador psicopedagógico (también conocido como terapeuta educacional), un terapeuta del lenguaje o un logopeda, profesionales formados específicamente para trabajar con niños disléxicos”, explicó el KidsHealth.

La ONG Understood, que se especializa en personas con  maneras de pensar y aprender diferentes, acotó que algunas señales de la dislexia también tienen que ver con las emociones y la conducta. Por ende, las personas podrían evitar leer tanto en voz alta como en silencio, y hasta sentirse ansiosas o frustradas al tener que hacerlo. “Esto puede ocurrir incluso una vez que dominan lo básico para leer”, agregó. 


Las personas con dislexia pueden sentir ansiedad al tener que leer o dar discursos en público / Crédito: Freepik

Señales y causas de la dislexia  

En lo que respecta a los niños de preescolar y de primaria, el KidsHealth apuntó que la dislexia tiende a comprender señales que indican dificultades en tareas como, por ejemplo, aprender a hablar, pronunciar bien las palabras largas, hacer y captar rimas, aprenderse la secuencia del alfabeto, los días de la semana, los colores, las formas y los números; aprenderse los nombres de las letras y sus sonidos; aprender a leer y a escribir su propio nombre; aprender a separar las palabras en sílabas; leer y escribir palabras con la secuencia de letras correcta (“los” en lugar de “sol”), y la caligrafía y coordinación motora fina.

Aunque las personas con dislexia —agregó Understood— tienden a tener problemas para leer con fluidez, leen despacio y con errores (esto puede perjudicar la comprensión lectora), no presentan problemas para entender cuando otros les leen los textos. 

En lo referente a los niños más grandes, adolescentes y adultos, es probable que presenten las mismas señales de dislexia que en el caso de los más pequeños, pero también otras señales, tales como leer y escribir pero muy por debajo de su nivel de estudios; el que no quieran leer ni escribir; el que tengan lentitud al hacer tareas que implican leer y/o escribir y al presentar exámenes, y dificultades para aprender otros idiomas.

Por otro lado, Understood afirmó que por el momento los investigadores no han determinado con exactitud cuáles son las causas de la dislexia; no obstante, saben que tanto los genes como el cerebro desempeñan un papel clave.

En el caso de los genes y la herencia, se sabe que las personas con dislexia, también tienen otro u otros familiares con la misma condición. 

“Cerca del 40% de los hermanos de personas con dislexia tienen problemas con la lectura. El 49% de los padres de niños con dislexia también la presentan. Los científicos han encontrado genes relacionados con las dificultades para leer y con el procesamiento del lenguaje”, explicó.

En lo que respecta a la anatomía y a la actividad cerebral, los estudios de imágenes del cerebro muestran diferencias entre las personas que tienen dislexia y las que no. Dichas diferencias ocurren en áreas que tienen que ver con habilidades importantes para la lectura, como, por ejemplo, saber cómo se representan los sonidos en las palabras y poder reconocer cómo se ven las palabras escritas.

“Sin embargo, el cerebro puede cambiar. Los estudios muestran que la actividad cerebral cambia después de recibir instrucción o asesoría apropiada a sus necesidades”, afirmó.

Evaluaciones

La dislexia se diagnostica, por lo general, durante la educación primaria. No obstante, en algunos casos no es evidente sino cuando el niño crece y se espera que lea y entienda textos más largos y difíciles. En el caso de que un adolescente siga teniendo problemas con este tipo de escritos, problemas de ortografía y para aprender otro idioma, se pudiera estar hablando de dislexia.

“La dislexia solo se puede interpretar mediante una evaluación exhaustiva e integral hecha por un especialista en lectura o un psicólogo, sea en el ámbito escolar o en otros ámbitos. Los pediatras suelen conocer los signos de dislexia y pueden orientar a las familias para que reciban la ayuda adecuada”, dijo, por su parte, el KidsHealth.

A su vez, Superar Centro Integral de Psicología lleva a cabo una serie de evaluaciones que comprenden, entre otras, la neuropsicológica y otras para el ámbito educativo que abordan, entre otros problemas, la dislexia.

En el caso de la evaluación neuropsicológica, se estudian, entre otros aspectos, los problemas del desarrollo. Estos pueden repercutir en el crecimiento y la adaptación del individuo en lo personal, familiar, social o escolar. 

En lo referente al ámbito escolar, se estudian los trastornos del aprendizaje, atención y comportamiento. Se aspira a profundizar en alteraciones o trastornos que obstaculicen o afecten el aprendizaje, la motivación y la integración social. Por tanto, el servicio comprende un perfil neuropsicológico, pedagógico y emocional, además de pruebas especializadas para el diagnóstico del déficit de atención, la dislexia o la discalculia, dependiendo del motivo de la consulta.

Lea nuestro artículo ¿Qué son las evaluaciones neuropsicológicas y cómo pueden ayudar?

Los problemas de dislexia pueden deteriorar la autoestima de la persona, sus relaciones con los demás, su memoria, su estado de ánimo y expectativas; llevar a la deserción estudiantil y causar estrés, depresión, ansiedad, dolores de cabeza, insomnio, etc.


Mientras más rápido se haga un diagnóstico completo y profundo, mejor será para el consultante / Crédito: Freepik

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