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Superar Centro Integral de Psicología lleva a cabo evaluaciones para el ámbito educativo que abarcan aspectos tan importantes como la atención y, entre estos, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad

Evaluaciones para el ámbito escolar: para qué sirven y cómo pueden beneficiar al alumno

Escrito por Adriana Ramirez en .

Las evaluaciones para el ámbito escolar pueden ayudar a detectar a tiempo y de manera completa aquellos síntomas que pudieran reflejar un problema que esté afectando el normal desenvolvimiento del estudiante, sus relaciones con los compañeros y docentes, su conducta, estado de ánimo y tanto su salud física como mental. También, sus expectativas con relación a su futuro profesional y laboral.

Son, pues, situaciones que, gracias a un buen diagnóstico, evaluación y tratamiento, y a la desestigmatización de los problemas de salud mental y de la atención psicológica, pueden recibir atención mediante la cual se ayude a superar una dificultad que en el presente o en el futuro pudiera traer consecuencias. Entre ellas, la baja autoestima, la inseguridad, el desempleo o subempleo, las dificultades económicas, la depresión, la ansiedad, el estrés, las adicciones y hasta el suicidio.

Por eso, Superar Centro Integral de Psicología, funcionando desde 1987 en Quito, Ecuador, lleva a cabo una serie de evaluaciones, que son:

  • Neuropsicológica,
  • de la inteligencia,
  • psicológica emocional y de personalidad,
  • evaluaciones para el ámbito escolar,
  • evaluaciones para el ámbito empresarial.

En cuanto a las evaluaciones para el ámbito escolar, estas abarcan aspectos tan importantes como los trastornos de aprendizaje, atención y comportamiento; evaluación y orientación vocacional, trastornos de las habilidades sociales, y la alteración de la conducta por impulsividad.

Trastornos de aprendizaje, atención y comportamiento

Primero que nada, se debe decir que, gracias a las pruebas que estudian los trastornos de aprendizaje, atención y comportamiento, “se profundiza en alteraciones o trastornos que impidan o afecten el aprendizaje, la motivación, la integración social”, afirma Superar.

Lea nuestro artículo ¿Qué son las evaluaciones neuropsicológicas y cómo pueden ayudar? 

Así, el servicio comprende perfil neuropsicológico, pedagógico y emocional, y se complementa con pruebas especializadas para el diagnóstico de tres aspectos (esto depende del motivo de la consulta): déficit atencional, dislexia y discalculia.

Déficit atencional. El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno cerebral que en algunas personas se manifiesta mediante el déficit de atención, de concentración, y la dificultad para completar los deberes; en otras, por medio de conductas hiperactivas e impulsivas, y en otras, por medio de la falta de atención, la hiperactividad y la impulsividad combinadas.

Anteriormente, este trastorno solo se conocía con el nombre de trastorno por déficit de atención (TDA), pero como la hiperactividad ocurría frecuentemente en los niños afectados, se amplió la denominación.

Lea nuestro artículo Conociendo el TDAH

Aun cuando el TDAH puede surgir en el nacimiento, también se puede presentar poco tiempo después y afectar a la persona en la niñez, la adolescencia y la adultez. De ahí la gran importancia de un diagnóstico profundo de los síntomas y de tanto una evaluación como de un tratamiento adecuado y oportuno.

En el caso específico del TDAH, se habla, por un lado, de la falta de diagnóstico a tiempo (esto sucede, asimismo, con otros problemas de salud mental y, de ahí, el empeoramiento de la situación y de las consecuencias psicológicas), y, por el otro, de que existe controversia sobre el número real de casos en el mundo por un presunto sobrediagnóstico que se puede deber a diferentes factores. Tal es el caso de la interpretación, por un lado, que haga el especialista de los síntomas del consultante, y, por el otro, la confusión con síntomas de otros trastornos. En este sentido, se cree que hay más casos de los que realmente existen.

Por esa razón, Indira Ullauri, psicóloga clínica y gerente de Superar Centro Integral de Psicología, considera que el sobrediagnóstico es producto de que solo se registran los síntomas pero sin que estos se analicen de manera profunda. 

“Hay un sobrediagnóstico del TDAH porque se registran solo los síntomas y no se analizan de forma más profunda. Por tanto, además de hacer un diagnóstico equivocado, también se establecen intervenciones erradas y, en lugar de que el problema se resuelva, el síntoma aumenta, pues se está tratando sin escuchar o analizar lo que verdaderamente significa”, señaló. 


Pese a la posición de especialistas y asociaciones internacionales, la Asociación Médica Americana y el Centro de Control y Prevención de las Enfermedades concluyeron, según la Asociación Mundial de la Dislexia (IDA, por sus siglas en inglés), que el TDAH no se diagnostica de forma excesiva. Sin embargo, al haber una mayor concienciación sobre el trastorno, también hay un aumento en el número de personas diagnosticadas / Crédito: Freepik

El déficit de atención, por ejemplo, se presenta mediante síntomas como la distracción, la equivocación por descuido, el niño tiende a no seguir instrucciones y a parecer que no oye cuando se le habla; olvida cosas, pierde objetos, evita hacer actividades que ameriten un esfuerzo mental constante y puede tener problemas de aprendizaje. No obstante, también se puede dar el caso de que se hiperconcentre en actividades que le gusten mucho. 

El TDAH puede ser tratado mediante la terapia conductual, los medicamentos o una combinación de ambos. Además, se recomienda el uso de estructuras, rutinas y horarios para fomentar la disciplina, el orden, la concentración y la atención. También se aconseja el empleo de terapias alternativas, tales como el mindfulness y el yoga, el deporte, el arte, las terapias asistidas con animales (TAA), y se habla de la necesidad de un plan de intervención escolar y de un plan de intervención familiar.

Conozca las terapias alternativas de Superar: 

Cabe destacar que este trastorno no tiene nada que ver con la inteligencia. De hecho, personas con TDAH, como el nadador olímpico Michael Phelps, se han destacado en su área, y su madre, que lo apoyó, vio que el deporte lo podía ayudar a enfocarse.


El multigalardonado nadador olímpico Michael Phelps fue diagnosticado con TDAH cuando era un niño

Dislexia. Considerada como un problema de aprendizaje, afecta áreas como la lectura, la comprensión lectora, la ortografía, la escritura y las matemáticas. También es vista como una dificultad común, que incide en entre el 7% y el 10% de la población, según la empresa social Change Dyslexia. 

No obstante, es un trastorno, por lo general, oculto y poco tratado, lo que lleva al arrastre de la dificultad y a la afectación de la autoestima del estudiante si no recibe el diagnóstico, las estrategias y la educación adecuada. Este puede, por consiguiente, sentir frustración, vergüenza al leer en público, inseguridad en sí mismo, dificultad para aprender idiomas, problemas físicos como dolores de cabeza, insomnio, y problemas de salud mental como depresión, estrés y ansiedad.

El KidsHealth, de Estados Unidos, señaló que los niños con dislexia presentan problemas de conciencia fonológica (capacidad para reconocer los sonidos del habla); problemas para crear correspondencias entre los grafemas y los fonemas (para conectar los sonidos con las letras del abecedario) y problemas para reconocer rápidamente las palabras. 

Por tanto, la lectura no termina siendo un proceso automático para ellos, sino lento, por lo que amerita un gran esfuerzo. Esta situación también implica problemas de comprensión. 

Por su parte, la Asociación Mundial de la Dislexia (IDA, por sus siglas en inglés) habla de que tanto el TDAH como la dislexia tienden a coincidir. Por ende, se corre el riesgo de que pueda haber cierta confusión entre ambos debido a la naturaleza de cada uno.

“El TDA/H y la dislexia son trastornos distintos que con frecuencia coinciden, de modo que se crea cierta confusión sobre la naturaleza de estas dos condiciones. El TDA/H es uno de los problemas evolutivos más comunes, que afecta del 3-5% de la población escolar. Se caracteriza por inatención, distracción, hiperactividad e impulsividad. Se estima que el 30% de los que tienen dislexia también tienen TDA/H coexistente. Coexistente quiere decir que las dos condiciones, el TDA/H y la dislexia, pueden ocurrir juntas, pero que una no es la causa de la otra”, explicó. 

En el caso de la dislexia, agregó que esta es una dificultad en el aprendizaje que tiene que ver con el lenguaje. Se caracteriza por problemas en cuanto al reconocimiento preciso y fluido de palabras, al deletreo y la descodificación. A las personas con dislexia se les dificulta poder discriminar los sonidos dentro de palabras o fonemas, lo que es fundamental en la dificultad de lectura y deletreo que afrontan.

Por último, mencionó una serie de similitudes entre los niños con TDAH y los niños con dislexia. Estas son:

  1. Ambos pueden tener problemas para prestar atención, pues la lectura es un proceso tan exigente que se pueden cansar con facilidad. Esto limita la capacidad de concentración.
  2. Ambos presentan problemas con la lectura. Las personas con dislexia no tienden a leer fluidamente ni con precisión, y cometen errores con palabras grandes y pequeñas. Las personas con TDAH, por su parte, también pueden tener problemas con la fluidez lectora, pero no se caracterizan por leer mal las palabras. Los principales problemas radican en que pueden omitir la puntuación, saltarse finales y perder la ubicación dentro de la lectura. En ambos sí es posible que la falta de fluidez los afecte en cuanto a la comprensión lectora. Por eso, ambos pueden evitar la lectura y no sentir placer al leer. También los dos tienden a tener problemas con la escritura. 
  3. “El escritor disléxico típico tiene problemas significativos con el deletreo, la gramática, la corrección de textos y la organización. El escritor con TDA/H tiene dificultad con la organización y la corrección de textos. Tanto el escritor con dislexia como el escritor con el TDA/H pueden tener dificultades con la escritura a mano”, dijo.

Discalculia. Se trata de un problema del aprendizaje común que repercute en las capacidades aritméticas y en las matemáticas. No obstante, no todas las dificultades relacionadas con estas áreas, dificultades que son frecuentes, son a causa de la discalculia.

De acuerdo con Rae Jacobson, autor del artículo Cómo detectar la discalculia, no todas las dificultades que surgen en el área matemática, incluyendo las dificultades serias, se deben a este trastorno, dado que otros problemas pueden afectar la capacidad del niño en este campo.

“No todas las dificultades en la clase de matemáticas, incluso las serias, son causados por la discalculia. Los trastornos como la dislexia, el procesamiento visual o auditivo, el TDAH y otros también pueden afectar la capacidad del niño para cumplir con las expectativas al completar los problemas de matemáticas. Es posible que los niños que tienen discalculia también tengan otras discapacidades de aprendizaje”, afirmó.

Entre otros síntomas, un niño pequeño con discalculia puede ―explicó― presentar problemas para reconocer números, retrasarse en aprender a contar, le cuesta conectar los símbolos numéricos (5) y las palabras correspondientes (cinco); le cuesta reconocer patrones y poner las cosas en orden, pierde el hilo mientras cuenta, y requiere ayuda visual, como, por ejemplo, los dados, para que pueda contar.

Al tiempo que las matemáticas pasan a ser parte esencial de su formación escolar, estos niños pueden presentar problemas como, por ejemplo, aprender operaciones matemáticas básicas como sumar, restar, multiplicar, dividir, etc.; les cuesta saber cuánto tiempo se tardarán en hacer una tarea, tienen problemas con ejercicios y pruebas de matemáticas, y les cuesta procesar ideas visuales-espaciales como los gráficos y las tablas.

La discalculia también se puede presentar junto a otros problemas del aprendizaje. Tal es el caso de la dislexia y del TDAH.  


Las discalculia dificulta la realización de operaciones matemáticas sencillas y complejas / Crédito: Pexels

Evaluación y orientación vocacional, trastornos de las habilidades sociales y alteración de la conducta por impulsividad

Las pruebas para el ámbito escolar también tratan asuntos tan trascendentales como la evaluación y orientación vocacional, los trastornos de las habilidades sociales y la alteración de la conducta por impulsividad.

Evaluación y orientación vocacional. Sabemos lo importante que es tener clara la vocación, pero también las aptitudes, habilidades y destrezas que nos permitan determinar a qué nos queremos dedicar en la vida y en qué somos realmente buenos.

Así como hay gente que es muy buena en el área lingüística, también hay gente que es muy buena en el área matemática o en el diseño, o en el deporte, o en la música, en el teatro, etc. Sin importar a qué se dediquen, lo importante es hacerlo con pasión, de manera que lo disfruten y se sientan motivados a ser los mejores.

Por eso, es fundamental que los padres estén atentos a los intereses de los niños y adolescentes, para que los ayuden a desarrollar su potencial y, así, labrar un camino con miras a la satisfacción personal.

Las evaluaciones neurológicas, por ejemplo, además de contribuir a determinar factores como el funcionamiento del cerebro, la capacidad de concentración, la memoria y el lenguaje, las habilidades mentales y sociales, y qué puede afectar el aprendizaje y la conducta de la persona en un momento dado, también ayudan a detectar destrezas. Por tanto, sirven de guía para que los padres tomen medidas, de acuerdo con sus posibilidades, a fin de que los incentiven a trabajar en áreas que les agraden.

En este sentido, la evaluación y orientación vocacional “analiza las aptitudes cognitivas, intelectuales, los intereses personales y las características de personalidad para orientar la adecuada elección de la carrera profesional”, dijo Superar.


Definir la vocación es esencial en el norte que necesitamos todos para saber hacia dónde dirigirnos laboralmente hablando / Crédito: Freepik

Recuerda: un problema notorio para un individuo es no saber qué quiere hacer o cambiar de carrera u oficio varias veces porque no tiene una brújula que lo guíe. Aunque las carreras universitarias no son garantía de una vida profesional plena, sí pueden marcar un norte por el cual orientarse (lo mismo que otras actividades). No obstante, saber qué nos gusta y cómo nos podemos desenvolver, aparte de los imprevistos que puedan surgir a lo largo de la vida, nos ayudará a dirigirnos de una manera más directa y canalizada, sin perder tiempo, dinero ni esfuerzo.

Trastornos de las habilidades sociales. Las habilidades sociales, también llamadas habilidades para la vida, son un conjunto de destrezas que nos permiten tomar decisiones acertadas y razonadas, resolver problemas con justicia y equilibrio, tener asertividad; es decir, la capacidad de expresarnos y defender con respeto nuestros derechos, ideas y necesidades, pero también de respetar los de los demás; relacionarnos adecuadamente, tener empatía, resiliencia y buena autoestima.

Lea nuestro artículo La importancia de las habilidades sociales en la vida

Las habilidades sociales se aprenden, pues, gracias a la experiencia, el entrenamiento intencional, el modelado o la imitación. 

Asimismo, tienen que ver con el aprendizaje socioemocional, también denominado alfabetización socioemocional, que es el proceso de aprender y emplear habilidades sociales y emocionales.

“Cada vez más los estudios de investigación indican que las destrezas sociales y emocionales, como la cooperación y ayudar a otros, son la base del avance personal. Los estudiantes con habilidades sólidas en estas áreas se llevan mejor con sus compañeros, es más probable que se gradúen de bachillerato y que consigan un empleo a tiempo completo. (…) Descubrimientos iniciales de otra investigación sobre el aprendizaje socioemocional indican que puede [conllevar] menos sufrimiento emocional, menos incidentes disciplinarios, mayor asistencia escolar y mejores resultados en los exámenes y las calificaciones”, explicó Alexis Clark, autora del artículo Aprendizaje socioemocional: lo que necesita saber.

No obstante, “los trastornos de las habilidades sociales surgen de fallas o alteraciones que la persona vive en su relación con el medio. Las dificultades sociales como la inhibición, timidez extrema, aislamiento patológico hablan de un temor exacerbado que siente el individuo ante el entorno por experiencias negativas o traumáticas, o también se pone de manifiesto cuando la persona actúa de forma agresiva”, señaló Superar.

Por esa razón, la persona aprende a defenderse a través de reacciones afectivas pero inadecuadas, y estos trastornos también se pueden deber a otras causas.

Además de la inhibición, la timidez extrema y el aislamiento patológico, se pueden encontrar otras manifestaciones o síntomas de los trastornos de las habilidades sociales. Tal es el caso del miedo o la inseguridad muy pronunciados, sobre todo en el ámbito social; la falta de empatía; los problemas para controlar las emociones y comunicarse con otros niños; los problemas para acatar reglas y la sumisión o agresividad ante otros niños. 

Debido a este tipo de situaciones, puede haber casos de depresión, ansiedad, estrés, baja autoestima, exclusión y dificultades para desenvolverse adecuadamente en el colegio.


Los trastornos de las habilidades sociales pueden comprender situaciones como el aislamiento patológico, pero las personas también aíslan a otras / Crédito: Pexels

Alteración de la conducta por impulsividad. Se trata de reacciones que pueden darse como el reflejo de mecanismos de defensa o protección por medio de los cuales la persona se protege de alguna vivencia o de la interpretación que hizo de esta.

No obstante, el comportamiento impulsivo o agresivo se puede deber a otras causas, como la dificultad para regular y controlar el cuerpo, las emociones y el comportamiento. Por eso es tan importante evaluar e intervenir con prontitud.

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