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El síndrome de Asperger forma parte del trastorno del espectro del autismo (TEA)

Entendamos el síndrome de Asperger

Escrito por Adriana Ramirez en .

El síndrome de Asperger es una condición del neurodesarrollo que comprende una serie de características y fortalezas.

Forma parte del trastorno del espectro del autismo (TEA) e incide en aspectos como (estos  son variables en cuanto a cada persona, pero hay que tener cuidado al hacer diagnósticos que puedan confundir o patologizar la forma de ser del consultante con sus características propias de personalidad o con otras condiciones) la comunicación verbal y no verbal, las relaciones, la expresión y el reconocimiento de sentimientos, los movimientos y la coordinación, la aceptación de los cambios, la inflexibilidad de pensamiento y comportamiento, la concepción de temas de interés estrechos y permanentes, la costumbre a las rutinas, la comprensión de mensajes, en el sentido de que son personas literales, por lo que les cuesta entender expresiones como chistes, sarcasmos, metáforas o bromas; dificultades de aprendizaje, y la sensibilidad a los estímulos sensoriales, por ejemplo, los sonidos, la luz, los sabores, el tacto.

Lee nuestro artículo El autismo, entre características y fortalezas

A su vez, se dice que tienen fortalezas en áreas como la numérica y las ciencias, e incluso su inteligencia puede ser del promedio o hasta superior que la de los demás. También se considera que son muy buenos en la atención a los detalles y la repetición de patrones, debido a su forma de pensar rígida y concreta. Igualmente se dice que se apegan a las rutinas, lo que dificulta su adaptación a los cambios y la resolución de problemas, pero pueden ser especialistas en temas específicos.

El síndrome de Asperger “es un trastorno del neurodesarrollo; el cerebro de la persona con síndrome de Asperger funciona de manera diferente a la habitual, especialmente en la comunicación e interacción social, y en la adaptación flexible a las demandas diarias. Comparte las características nucleares del autismo. La persona con síndrome de Asperger tiene dificultades en la comunicación social y en la flexibilidad de pensamiento y comportamiento. Sin embargo, tiene un lenguaje fluido y una capacidad intelectual media e incluso superior a la media de la población”, señaló la ONG Autismo España.

Es muy importante, pues, saber cuáles son las características de dicho síndrome para, así, ayudar a que la calidad de vida de la persona sea lo más satisfactoria posible. Esto amerita una mayor implicación y adaptación del entorno, que va desde su familia hasta los profesores, amigos, parejas, compañeros de trabajo y sociedad.

Sin embargo, también amerita un diagnóstico temprano y adecuado, al igual que cualquier otra condición. Mientras más rápido y bien se haga, y se atienda el caso, mejor será para el consultante. Aun así, hay que tener presente, primero, no confundir los diagnósticos del asperger con las características particulares de la forma de ser de cada individuo o con otras  condiciones; segundo, no patologizar las diferencias humanas.

“Las personas tenemos diversas formas de comunicarnos, de entender la realidad y de responder a ella. Es importante recalcar que al hablar de trastorno o complicaciones se debe pensar así, solo si aquellas dificultades restringen, alteran o arriesgan la adaptación de la persona y su convivencia en el entorno social. Hoy en día se ha hecho muy común clasificar a muchas personas diversas por sus formas particulares de comunicación, de personalidad, de ser, etc., en diagnósticos clínicos y patologías. Lo importante es discernir y hacer diagnósticos profundos y cuidadosos para solo estar algo seguros, quizá, de la presencia de un trastorno. Hay que preguntarse detenidamente y reflexionar acerca de lo que conlleva establecer un diagnóstico”, explicó Indira Ullauri, psicóloga clínica y gerente general de Superar Centro Integral de Psicología, quien, a la vez, agregó que esto siempre se debe tener presente al hacer cualquier diagnóstico, ya que un buen diagnóstico permitirá implementar la intervención y el tratamiento adecuado, además de que la persona y su familia podrían acceder a los servicios que requieran. 

Cabe destacar que esta condición debe su nombre al pediatra austríaco Hans Asperger, quien en la década de los cuarenta del siglo pasado describió por primera vez un conjunto de patrones de comportamiento, mayoritariamente en niños (de hecho, se cree que el síndrome de Asperger se presenta más en los hombres que en las mujeres, aunque hay fuentes que indican que esa idea se está estudiando aún. Lo que sí se piensa es que quizás los diagnósticos leves se están realizando con más prontitud).

“Asperger observó que si bien estos niños tenían una inteligencia y un desarrollo del lenguaje normales, presentaban serios problemas en las aptitudes sociales, no podían comunicarse bien con otras personas y tenían problemas de coordinación. Según la Coalición para el Síndrome de Asperger, de Estados Unidos, es posible que el síndrome de Asperger aparezca más tarde que el autismo típico o, al menos, se lo detecta más tarde. A muchos niños se los diagnostica después de los tres años y la mayoría de ellos recibe el diagnóstico entre los 5 y los 9 años”, indicó el Johns Hopkins All Children’s Hospital.

La institución acotó que, no obstante, a muchos niños se les diagnostica el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) antes que el de asperger, en vista de que los signos de esta condición se asemejan a la de otras que tengan que ver con el comportamiento.

Por otro lado, “es importante destacar que, a diferencia de los niños con autismo, quienes padecen síndrome de Asperger tal vez no presenten ningún retraso en el desarrollo del lenguaje; suelen tener buenas aptitudes gramaticales y un vocabulario avanzado a edades tempranas. Sin embargo, muchos de ellos presentan un trastorno del lenguaje (por ejemplo, un niño podría ser sumamente literal y tener problemas para usar el lenguaje en contextos sociales)”, añadió.

Según el ente, aún se desconocen las causas de esta condición. No obstante, se piensa que podría tener algún factor genético; también, que podría deberse a anomalías en el cerebro, ya que técnicas de diagnóstico por imágenes han mostrado diferencias estructurales y funcionales. Incluso se piensa que algunos casos podrían estar relacionados con condiciones de salud mental como la depresión o el trastorno bipolar.

Aun así, “el síndrome de Asperger no se debe a carencias emocionales ni es causado por el tipo de crianza de un niño. Dado que algunos comportamientos de las personas con síndrome de Asperger pueden parecer intencionalmente groseros, muchas personas asumen de manera errónea que este síndrome es el resultado de una mala educación por parte de los padres, pero esto es absolutamente falso. Se trata de un trastorno neurobiológico cuyas causas aún no se terminan de comprender”, afirmó.


Mientras más rápido y bien se haga el diagnóstico, pero sin caer en la patologización, mejor será para el consultante y su familia / Crédito: Freepik

Es importante acotar que, aun cuando hay condiciones que se deben, por ejemplo, a factores genéticos, los padres no son culpables de ello y que más bien una condición de salud mental, e incluso física, puede ser una fuente de experiencia, aprendizaje, resiliencia y empatía para con los demás que están en la misma situación o en otras.

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