Abordemos el trastorno bipolar
El trastorno bipolar es una condición de salud mental que se caracteriza por estados de ánimo que van de un polo a otro, son fluctuantes y oscilan entre un estado de exaltación, euforia y hasta de irritabilidad, hasta un estado de depresión. Incluso, también, se pueden presentar ambos casos al mismo tiempo.
El trastorno bipolar recibe, asimismo, otros nombres como es el de depresión maníaca y el de síndrome maniaco-depresivo.
De acuerdo con el Brigham and Women’s Hospital, de Estados Unidos, el trastorno bipolar es un problema afectivo o del estado de ánimo que supera los altibajos normales que presenta la población en general y es visto como una condición médica de consideración.
De este modo, comprende, básicamente, dos fases: maníaca y depresiva. En el caso de la fase maníaca, la persona atraviesa por estados de júbilo, euforia o hasta de irritabilidad, y en el caso de la fase depresiva, la persona vive un estado de depresión que abarca estados de mucha tristeza, desánimo, debilitamiento, etc., que repercuten, a su vez, en el cuerpo, en el estado de ánimo y en los pensamientos.
“La depresión es un trastorno depresivo que afecta al cuerpo, al estado de ánimo y a los pensamientos. Puede afectar o alterar radicalmente la alimentación, el sueño y la manera de pensar, pero no es lo mismo que sentir tristeza o estar decaído, ni tampoco es indicio de debilidad personal ni constituye un estado que pueda disiparse o modificarse a voluntad. Las personas que sufren una enfermedad depresiva no pueden simplemente ‘recobrar el ánimo’ y reponerse. A menudo es necesario el tratamiento que, a veces, es incluso decisivo para la recuperación”, explicó el organismo.
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El Instituto Nacional de Salud Mental, también de Estados Unidos (NIMH, por sus siglas en inglés), agregó, por su parte, que el trastorno bipolar puede ser crónico o episódico. Es decir, que ocurre de manera ocasional y con intervalos que son irregulares.
Así, puede llevar a estados de ánimo que se distinguen por ser variables y fluctuantes, y que inciden en la energía, la actividad diaria y la concentración del individuo.
“Todas las personas tienen altibajos que son normales, pero el trastorno bipolar es diferente. La variedad de cambios en el estado de ánimo puede ir de un extremo a otro. En los episodios maníacos, una persona puede sentirse muy feliz, irritable u optimista, y hay un marcado aumento en el nivel de actividad. En los episodios depresivos, la persona puede sentirse triste, indiferente o desesperada, además de mostrar un nivel de actividad muy bajo. Algunas personas tienen episodios hipomaníacos, pero son menos graves y problemáticos”, dijo.
Aunque el trastorno bipolar tiende a empezar durante la adolescencia o en los primeros años de la adultez, también se puede dar en la niñez. En este último caso, el entendimiento, la comprensión y el control del estrés por parte de los padres es esencial para ayudar al niño a que pueda avanzar.
Cuando ocurre en la niñez, se puede confundir con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), que comprende, según el caso, falta de atención y de concentración, o hiperactividad e impulsividad, o todos estos factores.
Asimismo, afecta en igual cantidad a tanto los hombres como a las mujeres, pero en estas se presenta más la depresión que la manía.
El NIMH acotó que, aun cuando los síntomas de esta condición aparecen y desaparecen, se suele necesitar, por lo general, de un tratamiento de por vida y que la afección no cesa por sí misma. El tratamiento abarca, generalmente, tanto fármacos como psicoterapia.
Fases y tipos de trastorno bipolar
Cabe destacar que en los episodios anímicos, es decir, de cambios en el estado de ánimo, los síntomas pueden durar de una a dos semanas y hasta a veces por más tiempo. En dichos episodios, los síntomas se pueden presentar a lo largo del día y diariamente.
Los sentimientos, a su vez, se caracterizan por ser fuertes y se dan junto a cambios en el comportamiento y en los niveles de tanto energía como de actividad. Aunque puede que la persona no los note, los demás sí se pueden dar cuenta.
“Algunas personas con trastorno bipolar pueden tener síntomas más leves que otras que también lo tienen. Por ejemplo, los episodios hipomaniacos pueden hacer que la persona se sienta muy bien y que sea muy productiva, y es posible que no sienta que algo está mal. Sin embargo, la familia y los amigos pueden notar que los cambios en el estado de ánimo y en los niveles de actividad muestran un comportamiento diferente que el de costumbre, y usted puede caer en una depresión grave después de los episodios hipomaniacos leves”, indicó.
De este modo, los síntomas de un episodio maniaco son:
- Sentirse muy optimista, animado, eufórico, o, por el contrario, muy irritable o sensible.
- Estar sobresaltado, nervioso o más acelerado que lo normal.
- Sentir que los pensamientos van muy rápido.
- Tener menos necesidad de dormir.
- Hablar muy rápido sobre muchas cosas diferentes y no establecer conexión entre las ideas.
- Querer, pero de manera excesiva, comer, tomar, tener relaciones sexuales o actividades que den placer.
- Pensar que se pueden hacer muchas cosas al mismo tiempo pero sin cansarse.
- Sentir que se es muy importante, talentoso o poderoso.
- Aceptar muchos proyectos, pero sin haber terminado los anteriores.
- Distraerse con facilidad.
- Ser impulsivo y tomar medidas que impliquen un alto riesgo como, por ejemplo, gastar de manera desmesurada, tener sexo sin protección o hacer inversiones sin previsión.
Por otra parte, los síntomas de un episodio depresivo son:
- Estar muy triste, decaído o ansioso.
- Estar más lento o inquieto.
- Tener dificultades para concentrarse o para tomar decisiones.
- Tener dificultades para dormir, despertarse muy temprano, o dormir mucho.
- Hablar lentamente, pensar que no se tiene nada que decir u olvidar muchas cosas.
- No sentir interés por casi nada.
- Sentir desesperanza o que se carece de valor.
- Pensar en la muerte o en el suicidio.
Por otro lado, el trastorno bipolar se clasifica, básicamente, en tres tipos: trastorno bipolar I, trastorno bipolar II y trastorno ciclotímico.
- Trastorno bipolar I: se caracteriza por episodios maniacos que duran un mínimo de siete días, casi todos los días, o cuando estos son tan graves que es necesario que la persona reciba atención hospitalaria. A su vez, puede haber aparte episodios depresivos que tienden a durar al menos dos semanas. Es posible, por otro lado, que se presenten tanto episodios maniacos como episodios depresivos al mismo tiempo. Afecta en igual cantidad a mujeres y a hombres.
- Trastorno bipolar II: se caracteriza por un patrón de episodios depresivos y episodios hipomaniacos (estos son más leves y menos frecuentes que los episodios maniacos). Sin embargo, estos no se deben a los episodios maniacos que son extremos y que corresponden al trastorno bipolar I. Este es más común en las mujeres que en los hombres y ellas pueden afrontar ciclos más rápidos de altibajos.
- Trastorno ciclotímico: se caracteriza por síntomas hipomaniacos y depresivos continuos que no son tan fuertes ni duran lo suficiente como para ser considerados episodios hipomaniacos o episodios depresivos. Los síntomas tienden a ocurrir durante al menos dos años en el caso de los adultos, y un año en el de los niños.
- Trastornos bipolares especificados o especificados afines: se trata de una categoría que se refiere a síntomas del trastorno bipolar que no coinciden con ninguna de las otras categorías reconocidas.
Otras condiciones de salud mental que también se pueden presentar y cuáles son las causas del trastorno bipolar
El trastorno bipolar puede ocurrir junto a otras condiciones de salud mental. Por tanto, se corre el riesgo de confundir los síntomas y las condiciones en sí. Esto, si no se hace una evaluación concienzuda y profunda de los síntomas, puede llevar a un mal diagnóstico, lo que repercute aún más en la estabilidad y el ánimo de la persona y en el de su familia.
Entre las otras condiciones que pueden suceder se encuentran las psicosis, el TDAH, los trastornos de ansiedad, el uso indebido de drogas o de alcohol y los trastornos de alimentación.
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“Algunos síntomas del trastorno bipolar son parecidos a los de otras enfermedades, lo que puede dar origen a un diagnóstico erróneo. Por ejemplo, algunas personas con trastorno bipolar que también tienen síntomas psicóticos pueden diagnosticarse erróneamente con esquizofrenia. Algunas enfermedades o trastornos físicos, como la enfermedad de la tiroides, pueden imitar los cambios en el estado de ánimo y otros síntomas del trastorno bipolar. A veces las drogas ilícitas pueden imitar, provocar o empeorar los síntomas del estado de ánimo”, advirtió.
Por otra parte, se piensa que las causas del trastorno bipolar se pueden deber a factores biólogos, químicos o a los antecedentes familiares.
En este sentido, la Oficina de la Salud de la Mujer (OWH, por sus siglas en inglés) señaló que en el caso de los factores biológicos, se cree que la forma del cerebro y sus funciones pueden ser diferentes en las personas que tienen trastorno bipolar que en las personas que no. También, y ahora ya en lo relativo a los factores químicos, se piensa que es probable que los niveles de químicos en el cerebro de estos individuos no estén correctamente equilibrados.
“Estos químicos suelen ayudar a regular los pensamientos, el humor y las conductas para que una persona no se sienta tan alegre o deprimida”, dijo.
Por otro lado, y en lo referente a los antecedentes familiares, indicó que esta afección es más común en las personas que tienen algún hermano, padre o hijo que también la presenten.
Con respecto a cómo el trastorno bipolar afecta a las mujeres, el ente apuntó que estas pueden atravesar por depresión y migrañas. Los cambios hormonales, debido a la menstruación y a la menopausia, también pueden influir en dicha condición.
“Las mujeres con trastorno bipolar son más propensas que los hombres a tener otras afecciones de salud física y mental, entre ellas, problemas con el uso de alcohol, depresión como consecuencia del trastorno bipolar, enfermedad de la tiroides, obesidad como consecuencia de los medicamentos para tratar el trastorno bipolar y migrañas. Los cambios hormonales durante el ciclo menstrual y la menopausia también pueden influir en la gravedad del trastorno bipolar; sin embargo, no lo causa”, afirmó.
Cabe destacar que las mujeres embarazadas que tienen trastorno bipolar también corren un mayor riesgo de presentar algún episodio, sobre todo de tipo depresivo, después del parto.
Así, las mujeres que atraviesan por algún episodio maniaco o por algún episodio depresivo después del parto, también tienen un mayor riesgo de vivir otros episodios después de otros embarazos.
Y, por último, aquellas que tienen trastorno bipolar, también presentan más probabilidades de tener psicosis posparto, una condición poco común pero que es considerada una emergencia médica, pues abarca casos como alucinaciones, confusiones, cambios de humor pronunciados en pocos minutos, tratar de hacerse daño a sí mismas o al bebé, paranoia, etc.
La salud mental, tan importante como la salud física
La salud mental es tan importante como la salud física. Por eso, siempre se debe tener presente que necesita cuidado y atención oportuna, especializada y profesional. Así como se actúa rápidamente ante cualquier dolor en el cuerpo, también se tiene que hacer lo mismo con las situaciones que están relacionadas con la mente y el cerebro humano.
Para ello, es esencial eliminar el estigma y los prejuicios de la sociedad con respecto a la salud mental y a la atención psicológica, y hablar y buscar ayuda de inmediato a fin de evitar la progresión de la condición que se esté presentando y el deterioro de la calidad de vida de la persona y de su familia.
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