Skip to main content
El trastorno de pánico es un tipo de trastorno de ansiedad que aparece por crisis intensas de miedo injustificado. El miedo a tener miedo puede ser un desencadenante

Ahondando en el trastorno de pánico

Escrito por Adriana Ramirez en .

El trastorno de pánico es un tipo de trastorno de ansiedad que se manifiesta mediante ataques de miedo intenso, que son repentinos y recurrentes, y los cuales pueden durar desde varios minutos hasta más tiempo, incluso horas. Dicho trastorno también puede conducir a la agorafobia en algunos casos, debido a que la persona que tiene las crisis teme sentir miedo en un lugar en el que nadie lo pueda ayudar. Por tanto, empieza a evitar determinados sitios.

A su vez, personas que tienen trastorno de pánico pueden temer que ocurran dichos ataques en cualquier momento. Estos, asimismo, tienden a empezar al comienzo de la adultez, aunque hay niños que también lo pueden vivir, y se calcula que las mujeres suelen presentarlo más que los hombres.

Sin embargo, el Instituto Nacional de Salud Mental, de Estados Unidos (NIMH, por sus siglas en inglés), aclara que no todas las personas que atraviesan por ataques de pánico tienen trastorno de pánico.

El organismo agregó que una persona que presente el trastorno de pánico, también puede enfrentar una serie de síntomas y situaciones característicos. 

Conocerlos ayuda a reconocer el caso y a contribuir a que, quien lo afronte, pueda recibir la asistencia psicológica o psiquiátrica que necesite. Por eso, la explicación sobre el tema es muy importante y muchas veces tiene resultados terapéuticos desde el comienzo. La persona que tiene ataques de pánico debe saber que no está enferma, que la ansiedad surge por la percepción de peligro, y que el peligro no siempre es real.

Durante los ataques de pánico, ansiedad y miedo, la persona puede sentir que está fuera de control, temerle a la muerte o el que ocurra un hecho fatal durante estos ataques; enfrentar síntomas físicos como la aceleración de los latidos del corazón, sudar de manera excesiva, tener escalofríos, temblores, problemas respiratorios, debilidad o mareos, hormigueo o entumecimiento de las manos, dolor tanto en el pecho como en el estómago, y náuseas.

Asimismo, puede albergar un miedo muy fuerte de que esta situación vuelva a ocurrir debido a la intensidad con la que suceden, es decir, miedo a tener miedo, lo que puede afectar su desempeño en los estudios, el trabajo, las actividades en general y en su bienestar físico y psíquico, pues si no se trata adecuadamente, puede llevar a la depresión y al aislamiento social. La persona también puede sentir mucho miedo de volver a los sitios en los que tuvo las crisis.

Ansiedad:

La ansiedad es una respuesta a la idea o percepción de un peligro interno, difícil de definir, muchas veces ignorado, diferente a lo que es el  miedo, el cual ocurre ante algo concreto, definible y externo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que más de 260 millones de personas presentan ansiedad en todo el mundo. Asimismo, se ha dicho que, debido a la pandemia de la COVID-19 y la fatiga pandémica, dicha condición se ha agudizado. 

Lea nuestro artículo La ansiedad: aunque enfermedad mental común, se debe tratar:

Trastorno de pánico y agorafobia 

Como otro concepto más sobre el trastorno de pánico, el centro Ineco, de Argentina, indicó que esta condición “es un trastorno psiquiátrico con manifestaciones físicas y psíquicas que consiste en la aparición, aparentemente sin causa, de dos o más crisis de pánico. Luego de sufrir las crisis, la persona teme de forma persistente que estas se repitan o que le causen consecuencias catastróficas, como volverse loco, perder el control o sufrir un infarto. Las personas con este trastorno tienen sentimientos de terror repentinos que se repiten de forma impredecible”.

Acotó que es frecuente que algunos sujetos desarrollen agorafobia después de haber tenido crisis de pánico.

“La agorafobia es el miedo a no poder escaparse o salir de un lugar o situación si ocurriera una crisis de pánico. En muchos casos, este temor disminuye si la persona se encuentra acompañada. Dado que el temor es muy intenso, las personas con agorafobia suelen evitar estas situaciones o, bien cuando las enfrentan, lo hacen con muchísimo malestar y temor. Para la mayoría de las personas con agorafobia, desplazarse solos implica exponerse a la posibilidad de sufrir los síntomas de una crisis de pánico”, afirmó.

Por eso, suelen temer ir en el transporte público, sobre todo, en aquellos medios de los que es más difícil salir como, por ejemplo, los aviones y el Metro; estar en sitios concurridos, alejarse solos de la vivienda, hacer largas colas y estar en sitios en los que pudieran quedar atrapados, como es el caso de los ascensores.   

Hasta el momento, se cree que el trastorno de pánico se puede deber a antecedentes familiares y a diferentes situaciones estresantes de la vida, que pueden llevar a la parición de dicho problema.

Por otro lado, el centro Ineco señaló que, si este no se trata de manera completa, precisa y oportuna, el individuo podría atravesar por depresión y aislamiento social.

“Librado a su evolución, el trastorno tiene una tendencia a la cronicidad con periodos de crisis más o menos severas que van socavando su bienestar y autoestima, limitando sus movimientos y a veces confinando a los pacientes a sus casas. Obviamente, todo esto ocasiona problemas familiares, de pareja, además de problemas laborales o académicos”, mencionó.

Para tratar este tipo de condición, se recomienda psicoeducación, psicoterapia y, en pocos casos, medicación.

Depresión:

La depresión es la más común de las enfermedades mentales, que causa estados permanentes de tristeza, decaimiento físico y mental, ausencia de ánimo y alegría, entre otros muchos síntomas. Se dice que afecta más a las mujeres que a los hombres y que es la principal causa de discapacidad en todo el mundo. Especialistas han indicado que, al igual que la ansiedad, los casos de depresión han aumentado debido a la COVID-19 y a la fatiga pandémica. Esta situación preocupa en diferentes ámbitos, incluyendo en el del personal sanitario y en el de los cuidadores.

Lea nuestro artículo La depresión: ahondando en un foso del que se puede salir:

¿Pueden los niños y adolescentes tener trastorno de pánico?

Sí, los niños y los adolescentes también pueden afrontar el trastorno de pánico. Por tanto, la Academia Americana de Psiquiatría sobre Niños y Adolescentes (AACAP) señaló que dicho trastorno puede incidir en el normal desarrollo de estas personas si no se trata a tiempo y de manera cabal.

En este sentido, ambos grupos etarios se pueden sentir ansiosos la mayor parte del tiempo, aun cuando no estén teniendo una crisis de pánico. Por ende, pueden tratar de evitar situaciones que, piensan, les pueden causar una crisis o en las que no conseguirían ayuda.

Advirtió que, aun cuando es difícil diagnosticar esta condición en los niños, una vez que se establece, el paciente tiende a responder al tratamiento.


Niños y adolescentes también pueden presentar el trastorno de pánico. En el caso de los segundos, se cree que estos pudieran consumir alcohol u otras drogas para tratar de disminuir la ansiedad. Por eso es tan importante que se diagnostique de manera correcta y oportuna, a fin de implementar un buen tratamiento / Crédito: Pexels

Lea nuestro próximo artículo

¿Por qué se recomienda la psicoterapia?

Acoso Escolar Adicciones Adultos mayores Alzhéimer Ansiedad Autismo Autoestigma Bullying COVID-19 Depresión Discalculia Discapacidades Discapacidad intelectual Dislexia Divorcio Drogas Duelo Ecuador Emociones Empatía Empleo Esquizofrenia Estigma Estilo de vida Estrés Factores psicosociales en el trabajo Familia Habilidades sociales Hijos Lectura Mindfulness Mujer Niños y adolescentes Perfiles Psicoeducación Psicología Psicoterapia Psicólogos en Quito Párkinson Resiliencia Salud física salud mental Superar TDAH Tratamiento

Artículo Anterior


Suscríbete a nuestro boletín de noticias:

Compartir