Esquizofrenia: qué es, síntomas y tratamiento
La esquizofrenia es considerada una condición del neurodesarrollo que incide en la vida de la persona y en su forma de pensar, actuar y sentir. Aun así, muchas de ellas pueden recuperarse lo suficiente y lograr sus metas si siguen adecuadamente el tratamiento, lo cual es muy positivo tanto para estas como para sus familiares y amigos.
“La esquizofrenia es un trastorno grave del neurodesarrollo que dura toda la vida y que afecta la forma como una persona piensa, siente y se comporta. Las personas con esquizofrenia pueden tener delirios, alucinaciones, lenguaje o comportamiento desorganizado y capacidad cognitiva alterada. Pueden escuchar voces o ver cosas que no están allí. Pueden pensar que otras personas están leyendo sus mentes, controlando sus pensamientos o intentando hacerles daño. Estos comportamientos pueden asustar o desconcertar a las personas con la enfermedad y hacer que se aíslen de los demás o hacer que se pongan sumamente agitados. También puede hacer que sea aterrador o desconcertante para los que los rodean”, afirmó el Instituto Nacional de la Salud Mental, de Estados Unidos (NIMH, por sus siglas en inglés).
La esquizofrenia, a su vez, forma parte de los llamados trastornos psicóticos, en los que la persona pierde el contacto con la realidad. Aunque lo que esta percibe no es la realidad que viven los demás, sí cree que está ocurriendo y que sí es cierta.
Entre los trastornos psicóticos, se encuentran la esquizofrenia, como el más común; la psicosis tóxica y el trastorno esquizoafectivo.
¿Cuáles son los síntomas de la esquizofrenia?
Aunque los síntomas de la esquizofrenia se manifiestan, generalmente, entre los 16 y los 30 años de edad, según el NIMH, también es posible que ocurran en la niñez, aunque no es muy frecuente.
Los síntomas, pues, se dividen en tres tipos: positivos, negativos y cognitivos.
Síntomas positivos: estos síntomas son llamados “positivos” porque, por lo general, no se ven en las personas que carecen de enfermedades. En algunos casos, son intermitentes, y, en otros, se estabilizan con el paso del tiempo. Aun cuando pueden ser graves, en otras ocasiones no se notan, indicó el organismo. Dichos síntomas son:
- Alucinaciones: se presentan en los casos en que un individuo ve, oye, huele, cree, siente o sabe cosas que no ocurren realmente. “Muchas personas que tienen este trastorno oyen voces. Las personas que oyen voces pueden haber estado escuchándolas por mucho tiempo antes de que sus familiares y amigos se den cuenta de que tienen un problema”, dijo.
- Delirios: tienen que ver con el hecho de que la persona cree que ocurren cosas que no son reales. Por ejemplo, cree que están hablando con él o con ella en los medios de comunicación; que alguien les quiere hacer daño o que los están persiguiendo.
- Trastornos del pensamiento: se da en la manera atípica o ilógica de la forma de pensar. Esto se manifiesta por medio de, por ejemplo, la dificultad para organizar las ideas; que la persona deje de hablar en medio de un pensamiento o que invente palabras que carezcan de sentido.
- Trastornos del movimiento: ocurre mediante movimientos corporales que no son comunes. De este modo, se puede presentar la estereotipia o la catatonia. La estereotipia está dada por movimientos repetitivos, mientras que en la catatonia, el individuo no se mueve o no habla por un periodo determinado.
Síntomas negativos: estos tienen que ver con la abstinencia social, los problemas para mostrar emociones o para funcionar con normalidad. Las personas que tienen este tipo de síntomas pueden necesitar ayuda para hacer sus actividades diarias.
Dichos síntomas son “hablar con voz apagada; falta de expresión facial, como una sonrisa o el ceño fruncido; dificultad para sentir felicidad; problemas para planificar y mantener una actividad, como ir al supermercado, y hablar muy poco con otras personas, incluso cuando es importante”, agregó el organismo.
Hay que acotar que estos son más difíciles de reconocer como parte de la esquizofrenia y que se pueden confundir con otros casos, como, por ejemplo, la depresión.
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Síntomas cognitivos: aunque no son fáciles de ver, pueden dificultar el que el individuo haga su trabajo o que se cuide. Por ejemplo, que presente problemas para procesar la información en el momento de tomar una decisión, problemas para usarla inmediatamente después de aprenderla o problemas para prestar atención.
¿Qué causa la esquizofrenia?
De acuerdo con el portal Esquizofrenia 24×7, de la empresa farmacéutica Janssen, existen diferentes posibles causas que pueden dar lugar a la esquizofrenia. Uno de ellos es el factor genético, y otros que son externos o precipitantes. Se considera que influyen, por ejemplo, las complicaciones perinatales, las infecciones en la infancia y el maltrato infantil.
“Esta unión de predisposición genética y circunstancias externas que llamamos precipitantes puede producir un desequilibrio químico-cerebral que conlleva una serie de cambios en los neurotransmisores, principalmente los dependientes de la dopamina y la serotonina (que son sustancias químicas del cerebro), que desencadenan la esquizofrenia”, señaló.
Así, es importante acotar que el consumo de drogas también repercute en el tratamiento y que estas personas tienden a presentar casos de consumo problemático de sustancias ilegales, y de alcoholismo.
Por tanto, el consumo de drogas acarrea consecuencias que comprenden el empeoramiento del estado general de la persona, las recaídas y el riesgo de que ocurran otros problemas de salud mental.
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Por otro lado, se calcula que la esquizofrenia afecta al 1% de la población en general y que se presenta antes en los hombres que en las mujeres, aunque con una mayor propensión en los primeros.
Cabe destacar que también puede surgir tanto de manera lenta y progresiva como de forma aguda y brusca.
“Muchas de las personas que sufren de esquizofrenia presentan algunas dificultades sociales y académicas ya desde la infancia. Además, en los años previos al inicio más sintomático de la enfermedad podemos observar una disminución de la atención y la concentración, mayor tristeza y ansiedad, dificultad para dormir, tendencia al aislamiento de amigos y familiares, y un deterioro del funcionamiento personal”, indicó el portal.
Por otra parte, Adela-Emilia Gómez Ayala, doctora en Farmacia, dijo, citando a la Organización Mundial de la Salud (OMS), que la esquizofrenia afecta a 52 millones de personas a escala mundial y que se calcula que hay alrededor de 300.000 pacientes, por ejemplo, en España.
“Cada año se diagnostican 15-30 casos nuevos por cada 100.000 habitantes, lo que supone entre 6.000 y 12.000 nuevos casos anuales en España”, agregó.
Otro punto importante por acotar, según el NIMH, es que la mayoría de las personas con esta condición no son violentas, pero sí es muy importante que si se presentan síntomas, se pongan en tratamiento y lo sigan lo antes posible. Esto evitará que la enfermedad se agrave con el tiempo y que se incremente el riesgo de violencia.
“Las personas con esquizofrenia son mucho más propensas que las personas sin la enfermedad a ser víctimas de la violencia de otros o a hacerse daño a sí mismas”, afirmó.
Tratamiento y familia
El tratamiento, en primer lugar, tiende a comprender tanto fármacos antipsicóticos como tratamiento psicosocial.
Con respecto a este último, se puede decir que abarca la educación familiar (o psicoeducación, herramienta útil a través de la cual se les explica a los parientes de qué trata el caso y cómo se puede afrontar), las habilidades para el manejo de la enfermedad, la terapia cognitivo-conductual, la rehabilitación, la consejería de grupo con otras personas con esquizofrenia, los grupos de autoayuda y el tratamiento contra el consumo de drogas y el alcoholismo.
Por su parte, la psicóloga venezolana Aimara Domínguez agregó que, para afrontar la esquizofrenia, es muy importante establecer, en primera instancia, cuáles son los síntomas, hacer un buen diagnóstico y empezar de inmediato el tratamiento farmacológico.
A su vez, indicó que también desempeñan un papel esencial tanto la psicoeducación como la convivencia familiar en el avance del sujeto.
“Identificar los síntomas, realizar un diagnóstico eficaz e iniciar inmediatamente el tratamiento farmacológico son los tres pasos iniciales e imprescindibles para afrontar la esquizofrenia. La psicoeducación de la familia resulta fundamental. Hoy en día las hospitalizaciones de las personas con esquizofrenia tienden a ser por periodos más breves y se prioriza la convivencia del paciente en su entorno familiar, lo que se ha comprobado que repercute más favorablemente en la recuperación y estabilización de la persona”, señaló.
Por otro lado, la familia puede llevar a la persona al psicólogo o al psiquiatra, pues puede darse el caso de que en los primeros momentos de manifestación de la esquizofrenia, esta última no se dé cuenta de la pérdida de las facultades mentales y del deterioro conductual, y que, por ende, no busque ayuda.
Con respecto a los retos que significa la esquizofrenia para la persona y la familia, tomando en cuenta incluso aspectos como la economía y la asistencia del Estado, dijo que para los parientes sí representa un verdadero reto el poder convivir y costear la afección (esto último, sobre todo en los casos de familias de pocos recursos económicos), y que hospitales psiquiátricos y servicios de salud mental ofrecen las medicinas de manera gratuita.
“Para la familia de la persona con esquizofrenia representa un verdadero reto la convivencia y atención adecuada de este trastorno. Mantener un tratamiento farmacológico de por vida puede representar una carga, sobre todo en aquellas familias de escasos recursos socioeconómicos. En muchos casos, los hospitales psiquiátricos y los servicios de salud mental ofertan la medicación gratuitamente, para lo que llevan una data de los pacientes diagnosticados que quedan en control permanente de estos servicios de salud. La salud mental es un derecho humano que los países van reconociendo como tal y, en consecuencia, generan respuestas desde las políticas de Estado; sin embargo, aún faltan muchos avances en este aspecto”, afirmó.
Por último, agregó que, en vista de que las personas con esquizofrenia necesitan recibir tratamiento durante toda la vida, es indispensable que el diagnóstico se haga lo más pronto posible. El tratamiento temprano puede contribuir, así, a controlar los síntomas antes de que haya complicaciones más graves y puede ayudar a mejorar el pronóstico a largo plazo. No obstante, se requiere un abordaje en equipo interdisciplinario y el apoyo familiar.
“Es necesario un abordaje interdisciplinario con psiquiatra, psicólogo, terapeuta ocupacional en integración psicoeducativa con la familia. Sin la cooperación consciente y comprometida de la familia, el paciente con esquizofrenia tiene escasas posibilidades de una vida digna”, afirmó.
“La salud mental es un derecho humano que los países van reconociendo como tal y, en consecuencia, generan respuestas desde las políticas de Estado; sin embargo, aún faltan muchos avances en este aspecto”
Psicóloga Aimara Domínguez
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