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Los trastornos alimentarios son entendidos como problemas de salud mental que tienen que ver con, entre otros factores, la autoestima

El daño que causan los trastornos alimentarios

Escrito por Adriana Ramirez en .

La buena alimentación es un componente esencial de la salud. Por eso, los trastornos alimentarios, que son considerados un problema de salud mental, causan fuertes daños que pueden ser permanentes. De hecho, la anorexia nerviosa, vista como un tipo de trastorno alimentario, tiene la tasa de mortalidad más alta de todos los problemas de salud mental y puede llevar incluso a complicaciones por inanición, la muerte prematura o el suicidio.

Hoy en día, la buena alimentación ha cobrado una especial importancia por el riesgo de contagio, complicaciones y fallecimientos que significa la COVID-19. De ahí que la nutrición nos dé los componentes necesarios para fortalecer el sistema inmunitario y combatir tanto esa afección como muchas otras, como, por ejemplo, las llamadas enfermedades no transmisibles (ENT) (entre estas se encuentran el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes).

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“Aunque ningún alimento ni suplemento dietético puede prevenir ni curar la COVID-19, una alimentación saludable es importante para el buen funcionamiento del sistema inmunitario. La nutrición adecuada también puede reducir la probabilidad de aparición de otros problemas de salud como la obesidad, las enfermedades del corazón, la diabetes y algunos tipos de cáncer”, explicó la Organización Mundial de la Salud (OMS).

No obstante, hay una buena noticia. Estos trastornos, que también son llamados trastornos de la conducta alimentaria, los cuales implican graves problemas sobre cómo se piensa y actúa tanto acerca de la comida como del cuerpo, y en los que influye, entre otros factores, la autoestima, pueden recibir tratamiento que permitan la recuperación duradera de la persona y evitar, así, más consecuencias para esta y su familia. 

“Los trastornos alimenticios son afecciones médicas. No son un estilo de vida. Afectan la capacidad del cuerpo para obtener una nutrición adecuada. Esto puede provocar problemas de salud como enfermedades cardiacas y renales, o incluso la muerte. Sin embargo, hay tratamientos que pueden ayudar”, indicó, por su parte, MedlinePlus, servicio informativo de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Por eso, una persona bien alimentada y con un estilo de vida óptimo cuenta con herramientas para vivir más años, evitar o retrasar enfermedades, ser productiva, tener la capacidad de concentrarse más, rendir en sus actividades diarias y sentirse más satisfecha consigo misma.

Desmenuzando los trastornos alimentarios 

Aunque se habla de varios tipos de trastornos alimentarios, incluyendo la obesidad, el organismo se refiere a tres que suelen ser básicos: la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y los atracones de comida.

Anorexia nerviosa: las personas con este tipo de dificultad evitan los alimentos, los restringen de manera estricta o ingieren muy pocas cantidades de solo algunos de ellos.  A su vez, se pueden ver a sí mismas con sobrepeso, aun cuando estén peligrosamente delgadas. Aunque este es el menos común de los tres trastornos alimentarios básicos, es considerado el más grave y tiene la tasa de mortalidad más alta de cualquier trastorno mental. Puede causar complicaciones por inanición, lo que puede conducir a la muerte; también puede llevar al suicidio.

Bulimia nerviosa: quienes enfrentan el problema de la bulimia nerviosa tienen periodos de atracones de comida (comer descontroladamente), pero después se purgan mediante los vómitos o los laxantes. También pueden hacer ejercicio de manera excesiva o ayunar, y pueden tener poco peso, peso normal o sobrepeso.

Atracones de comida: las personas que se dan atracones de comida comen de manera descontrolada y lo hacen incluso después de estar llenas. A su vez, tienden a seguir comiendo hasta sentirse muy incómodos. Sin embargo, después pueden sentir culpa, vergüenza o angustia. Este tipo de actuación puede llevar al aumento de peso o a la obesidad si se hace con mucha frecuencia. Este es el tipo de trastorno alimentario más común en Estados Unidos.


Se dice que los trastornos alimentarios se pueden deber a una serie de factores genéticos, biológicos, psicológicos, conductuales y sociales. Situaciones como las malas relaciones personales y familiares, el bullying, el ciberacoso, el abuso sexual o físico, la presión social, la publicidad y las redes sociales tienden a influir / Crédito: Freepik

Por su parte, el Instituto Nacional de la Salud Mental, de Estados Unidos (NIMH, por sus siglas en inglés) señala que hay varios indicadores que dan cuenta de la existencia de dichos trastornos alimentarios. Uno de ellos tiene que ver con el cambio en el patrón de consumo de alimentos y en cómo este avanza, cómo se va agudizando, por lo que se debe estar atento a los cambios en la conducta, el organismo, y a las consecuencias, que pueden darse en poco tiempo.

“Una persona con trastornos de la alimentación puede comenzar por comer solo cantidades más pequeñas o más grandes de alimentos. Sin embargo, en algún momento, su necesidad de comer menos o de comer más se sale de control y se vuelve un trastorno de la conducta alimentaria. Otros indicadores de los trastornos de la alimentación son la angustia intensa o la gran preocupación por el peso o la forma del cuerpo, y el esfuerzo extremo por controlar el peso o la cantidad de alimentos que se comen”, explicó.

Cabe destacar que los trastornos alimentarios pueden darse junto a otros problemas de salud mental como, por ejemplo, la depresión, la ansiedad o las adicciones. También suele manifestarse más en las adolescentes y en las mujeres que en los adolescentes y en los hombres, pero es posible que, a su vez, se dé en la infancia o más adelante en el transcurso de la vida. 

Por su parte, el HealthyChildren, de la Asociación Americana de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) acotó que el 90% de las personas que sufren trastornos alimentarios son adolescentes y mujeres que tienen entre 12 y 25 años de edad. 

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Profundizando en los tipos de trastornos alimentarios

En el caso de la anorexia nerviosa, el NIMH agregó que algunas personas también se pueden dar atracones de comida después de haber hecho dietas que llevan al extremo, practicar mucho ejercicio, provocarse vómitos o usar inadecuadamente laxantes, diuréticos o enemas.

Habló, a su vez, de los síntomas de la anorexia nerviosa:

  1. La persona tiene un peso sumamente bajo.
  2. Su alimentación está demasiado restringida.
  3. Hace muchos intentos por rebajar y por no mantener un peso normal o considerado sano.
  4. Siente un miedo muy fuerte a subir de peso.
  5. Su imagen corporal está distorsionada y tiene una autoestima muy influida por la percepción del peso y la forma del cuerpo (también puede negar la gravedad de tener un peso muy bajo).
  6. A las adolescentes y a las mujeres les puede faltar la menstruación.

Advirtió que algunas personas con este tipo de trastorno alimentario se pueden recuperar con tratamiento después de haber tenido un solo episodio. No obstante, otras pueden mejorar, pero tener recaídas, y otras incluso afrontan un caso más crónico o prolongado, y su salud empeora al tiempo que luchan contra la enfermedad.

A continuación, también enumeró otros síntomas y complicaciones que pueden ocurrir con el tiempo:

  1. Pérdida de la masa ósea (osteopenia u osteoporosis);
  2. cabello y uñas quebradizas;
  3. piel seca y amarillenta;
  4. crecimiento de vello en todo el cuerpo (lanugo);
  5. anemia leve;
  6. pérdida de la masa muscular;
  7. fuerte estreñimiento;
  8. presión arterial baja o respiración y pulso lento;
  9. daño en la estructura y el funcionamiento del corazón;
  10. daño cerebral;
  11. insuficiencia o falla en varios órganos de manera simultánea;
  12. la persona siente frío todo el tiempo porque la temperatura corporal interna baja;
  13. letargo, lentitud o cansancio continuo;
  14. infertilidad.

Por otro lado, y en el caso específico de la bulimia nerviosa, aunque la persona puede tener un peso normal, e incluso más quilos de lo debido, puede sentir miedo de aumentar de peso y, además, rechaza la forma y el tamaño de su cuerpo. 

“A diferencia de la anorexia nerviosa, las personas con bulimia nerviosa suelen mantener lo que se considera un peso saludable o normal, y algunas hasta pesan un poco más de lo debido. Sin embargo, al igual que las personas con anorexia nerviosa, a menudo tienen miedo de aumentar de peso, quieren desesperadamente perder peso, y están muy inconformes con el tamaño y la forma de su cuerpo. Por lo general, estas conductas relacionadas con la bulimia suceden en secreto, ya que suelen ir acompañadas de sentimientos de asco o vergüenza. Los ciclos de atracones y purgas pueden ocurrir desde varias veces a la semana hasta varias veces al día”, dijo.

A continuación, enumeró otros síntomas de la bulimia nerviosa:

  1. Dolor e inflamación crónica de la garganta;
  2. inflamación de las glándulas salivales en el área del cuello y de la mandíbula;
  3. esmalte dental desgastado, una mayor sensibilidad en los dientes y caries debido a los ácidos del estómago;
  4. reflujo ácido y otros problemas gastrointestinales;
  5. malestar e irritación intestinal por el mal empleo de laxantes;
  6. grave deshidratación por la purga de líquidos;
  7. desequilibrio de electrolitos con niveles muy bajos o muy altos de sodio, calcio, potasio y otros minerales. Esto puede acarrear un ataque cardiaco o cerebral.

Con respecto a los atracones, señaló que, a diferencia de lo que sucede con la bulimia nerviosa, las personas que se dan atracones de comida no se purgan ni hacen ejercicio de manera excesiva; tampoco, ayunos.

De este modo, corren un mayor riesgo de obesidad o de tener un peso excesivo y de padecer enfermedades cardiovasculares o de presión arterial alta. Asimismo, tienen sentimientos de culpa, vergüenza o angustia, y esto puede llevarlos a más atracones.

Finalmente, los miembros de la misma familia también pueden influir en los trastornos alimentarios. Si, por ejemplo, una madre siempre hace dieta o restringe en gran medida las porciones de comida, los hijos pueden seguir ese patrón de comportamiento.


“Las personas con bulimia comen frecuentemente de manera excesiva, atragantándose con miles de calorías; con frecuencia, altos contenidos de carbohidratos y grasa. Durante la comilona, quienes la padecen se sienten completamente fuera de control. La comilona termina solo cuando el estómago les duele, se quedan dormidos u otra persona los interrumpe”, dijo el HealthyChildren / Crédito: Freepik

La buena noticia: las personas con trastornos alimentarios se pueden recuperar  

Como la salud es un bien sumamente preciado, se aspira a que la persona tenga una buena nutrición y un peso adecuado, disminuir el exceso de actividad física y eliminar tanto los atracones como las purgas. Para ello, se requiere un diagnóstico temprano acorde y un buen tratamiento. También, trabajar la autoestima y el amor propio, para evitar, así, los efectos perjudiciales de, por ejemplo, la presión social, la publicidad, las redes sociales.

Los tratamientos pueden comprender psicoterapia individual, de grupo o familiar; atención y control médico; asesoramiento nutricional y medicación. 

Es posible que incluso algunas personas se tengan que hospitalizar si presentan desnutrición o para que el personal encargado vele por que coman lo suficiente si es que tienen un peso muy por debajo de lo normal. 

Superar Centro Integral de Psicología lleva a cabo una serie de evaluaciones y diagnósticos que tienen como fin estudiar y determinar aspectos emocionales, de aprendizaje, conductuales de la persona. Entre estas pruebas se encuentran la evaluación psicológica emocional y de personalidad

Con esta “se evalúa el estado de ánimo del consultante y se identifican tanto síntomas de estrés, ansiedad y/o depresión como la intensidad con la que se manifiestan y el riesgo que implican. Es muy importante que estos factores sean evaluados, intervenidos y tratados a tiempo”, señaló.

Este análisis se complementa con el estudio de los principales rasgos de personalidad, y los aspectos que evalúa son el estrés crónico, la depresión, los trastornos de ansiedad, los trastornos alimentarios y las adicciones.

Los trastornos alimentarios no son solo un asunto de alimentación 

Indira Ullauri, psicóloga clínica y gerente de Superar Centro Integral de Psicología, expuso una serie de impresiones sobre los trastornos alimentarios y aspectos que se deben tener presentes para una intervención adecuada. El fin último siempre es la recuperación de la persona y de la familia.

“Detrás de los trastornos alimenticios yacen conflictos inconscientes que se exploran a través de la terapia psicológica para que haya una intervención eficaz. Es fundamental descubrir el conflicto psicológico-emocional subyacente. Se debe indagar en problemas como la autonomía, identidad, sexualidad. Se debe entender el contexto en el que vive el paciente, los significados que se asignan a la comida, a la imagen corporal, se deben analizar las formas de relación en el interior de la familia, comprender como se establecen las exigencias, entre otros aspectos.

El tratamiento siempre debe ser interdisciplinario: médico, nutricional y psicológico. La familia debe ser instruida sobre el manejo del problema, debe comprender que no es exclusivamente un tema alimenticio, sino un conflicto psicológico complejo, que se expresa en el cuerpo.

Los trastornos alimenticios son difíciles de tratar. Una de las razones estriba en el temor que los pacientes tienen ante las instrucciones que puedan recibir. Entre ellas, las de comer. Hay que considerar que, en el caso de la anorexia, el alimento se percibe como un peligro real. Entonces, la confianza que se establezca entre pacientes y médicos tratantes (nutriólogo, psiquiatra, psicólogo) es una pieza fundamental para encaminar acciones de cuidado y recuperación, y en las que el paciente confíe.

Revelar el conflicto psicológico que está oculto detrás del trastorno alimenticio es un camino complejo, pero es posible. Requiere escucha atenta y profunda, transferencia suficiente del paciente hacia su terapeuta, comunicación continua del terapeuta con la familia. Los procesos toman tiempo e intervenciones continuas, al menos en las fases más graves.

Es muy importante comprender los significados que se le dan en el contexto a la alimentación, al peso corporal, a la exigencia, al perfeccionismo; analizar cómo se manejan los afectos, las formas de vinculación, protección y seguridad”. 


La importancia de darle más valor a la persona que al cuerpo físico

Claudia Bernal González, nutricionista mexicana y creadora de Nutriform Ecuador, empresa especializada en nutrición, habló sobre la importancia de que las personas, en general, y los padres, en particular, estén atentos a los comportamientos de sus hijos con respecto a la alimentación; a velar por la autoestima, y que aún en el Ecuador los trastornos alimentarios no son considerados un problema de salud pública.

―¿Cómo las personas, en general, y los padres, en particular, pueden reconocer los trastornos alimentarios?

―Los trastornos alimenticios son enfermedades silenciosas; pueden ser provocadas por una baja autoestima… Se pueden dar cuenta vigilando su alimentación y su peso regularmente; también por si presentan cambios de humor repentino, aislamiento social, si se saltan las comidas, evitan comer en familia, acompañar o que los acompañen mientras comen. Tenemos que tener más contacto con nuestros hijos y vigilar si hacen las tres comidas al día. [Otra manera de reconocerlo es porque] el chico siente una preocupación excesiva por su apariencia y miedo a ser gordo, aunque no lo sea. Hay que revisar si está usando laxantes o diuréticos con frecuencia y sin diagnóstico para utilizar el medicamento. También hay que ver si nuestros hijos o familiar tengan sentimientos de culpa cada vez que coman. Y ver si están vomitando después de cada comida. 

―¿Qué se debe hacer para evitar dichos trastornos?

―Para evitar estos trastornos debemos trabajar con la autoestima de nuestro paciente; siempre debemos de buscar ayuda profesional. También tenemos que tener una alimentación equilibrada en casa, aceptar que es un problema familiar y trabajar de manera conjunta.

En líneas generales, cuáles son los trastornos alimentarios más frecuentes que ve en su consulta y cuáles, los tratamientos.

―Los trastornos más comunes son la obesidad, la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa.

―¿Cuál es la situación de los trastornos alimentarios en Ecuador?

―En Ecuador no existen cifras exactas sobre estos trastornos; sin embargo, los resultados indican que en Cuenca hay un 15% de mujeres que padecen estos problemas alimenticios. Se estima que 3 de cada 5 personas tienen bulimia y anorexia. Lastimosamente, en Ecuador no existen cifras generales al respecto, ya que no son considerados como un problema de salud pública.

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