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Paola Carpio León, psicóloga clínica

Paola Carpio León: Las visitas a los colegios permiten actuar en pro de los pacientes

Escrito por Adriana Ramirez en .

En la serie de perfiles que hemos hecho en Superar Centro Integral de Psicología, a fin de presentar a cada uno de los miembros de nuestro personal especializado en diferentes áreas de la psicología y que pueden ayudar, asistir, orientar a todo aquel que lo necesite, les presentamos a la psicóloga clínica, con mención en psicopatología y psicoanálisis, Paola Carpio León.

Entre otros aspectos, Carpio León ha trabajado con niños y adolescentes en sesiones que se han hecho en colegios. En este sentido, señaló que es muy importante mantener tanto la comunicación como el trabajo cercano con las instituciones educativas y que estas actividades, que ha realizado con Superar, consisten en reuniones cuyo objetivo es abordar aquello que los profesores, psicólogos y demás miembros detectan y aquellos aspectos que los mismos psicólogos determinan como importantes para trabajar con dicha institución. 

“Las visitas a los colegios benefician los procesos psicológicos, pues en estas se generan estrategias en conjunto o paralelas que favorecen a los pacientes y también se pone al día sobre la situación de este en el campo escolar. En la época actual observamos la aparición o exacerbación de dificultades a nivel emocional y de aprendizaje en los niños y adolescentes a causa de los cambios en el estilo de vida y de la educación virtual, por lo que son muy pertinentes las visitas a colegios”, explicó.

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Por otro lado, se refirió a la importancia de trabajar también con los padres, quienes desempeñan un papel crucial tanto en la crianza como en los problemas de sus hijos, lo cual deben tener presente y tratar de manejar de la mejor manera posible.

“Es vital el trabajo con los padres, puesto que los síntomas de sus hijos son un reflejo de las dificultades en cuanto a la relación de los padres y de la familia. Es común que los padres acudan esperando que el cambio se haga en sus hijos, pero en el camino se encuentran con la necesidad de trabajar aspectos de ellos mismos que están implicados en la relación con estos. Por eso, planteo a las sesiones con padres como espacios de trabajo en los cuales ellos aportan con su saber de padres y con lo que pueden decir sobre las dificultades personales que presentan en su parentalidad”, explicó.

Sin embargo, Carpio León hizo una distinción importante entre el trabajo con niños y el trabajo con adolescentes, y cómo esto también influye en el caso de los mismos padres. Por eso, parte del principio de oír de una manera diferente a la de los padres y de los profesores en el momento en que se haga la psicoterapia, puesto que los adolescentes necesitan contar con un espacio seguro y confiable en el que puedan expresar sus inquietudes, sentimientos, pensamientos, ideas, miedos, etc., con libertad y confianza. 

“Con los adolescentes, el trabajo también incluye a los padres, pero se diferencia notoriamente por las particularidades del momento subjetivo por el que están transcurriendo. El adolescente se encuentra en un periodo de cambios sustanciales a nivel psíquico, físico, social, y en la compleja e incómoda situación de ser demasiado ‘grande’ para algunas cosas y, a la vez, ser muy ‘chico’ para otras. En mi experiencia es vital que en la psicoterapia con adolescentes se acoja y escuche con oídos diferentes a los de sus padres o profesores y que sea un espacio en el que puedan verbalizar de forma segura sus preguntas, malestar y otros contenidos. En cuanto al trabajo que se realiza con los padres, he identificado que no solo los adolescentes ingresan a un tiempo distinto, sino que los padres también se inauguran como padres de hijos adolescentes, por lo cual con ellos trabajo en las dificultades y pérdidas que estos cambios implican, entre otros temas”, indicó. 

  • Hábleme de su experiencia, en general, en la psicología y, en particular, en Superar.

―En todos estos años de trabajo en consulta con pacientes he atendido de forma individual y grupal a diversas poblaciones y grupos etarios en instituciones de tipo educativo, ONG y centro de atención psicológica. Adicionalmente, he colaborado en proyectos interdisciplinarios con un enfoque de promoción de la salud. A la par de la atención a pacientes, he complementado con el estudio de posgrado y la participación en otros espacios de formación como cursos, conferencias, seminarios y en supervisión de casos. En Superar he atendido a niños/as, adolescentes y adultos en psicoterapia y evaluación psicológica, en sesiones con padres y en visitas a colegios. El trabajo con pacientes es muy gratificante, pues con cada uno se despliega un mundo diverso en el cual trabajamos en conjunto, apuntando a que el paciente pueda hacer algo con su malestar y hacia el surgimiento de lo nuevo. 

  •  De qué manera sus especializaciones aportan al beneficio de la persona en general.

―Las diversas formaciones y estudios que he realizado van en consonancia con mi interés de ejercer una atención clínica con pacientes desde una postura psicoanalítica, guiada por pautas éticas que conduzcan a trabajar con este en la disminución de su malestar y en la generación de lo nuevo, pero a través de la palabra. Mi formación en psicoanálisis favorece a que haga un abordaje de su sufrimiento y malestar a partir del trabajo con elementos y contenidos psíquicos que se presentan en forma de síntomas y otras manifestaciones, para dar escucha y valor a esas otras formas en las que comunica o dice el paciente. Además, me provee de elementos para realizar un trabajo contextual, es decir, que abarque las relaciones cercanas del paciente, que contribuyen a su experiencia de la realidad y malestar. Finalmente, mi formación en áreas más específicas, como los estudios sobre el cuerpo, la orientación vocacional y el liderazgo en salud, aportan a una visión y abordaje del paciente que toma en cuenta las diversas dimensiones y el trabajo interdisciplinario.

  •  Cuáles son los aspectos (problemas, casos) más comunes que ve en sus pacientes y cómo pueden hacer ellos para mejorarlos.

―Es importante recalcar que, aunque se pueden ver síntomas y manifestaciones de malestar frecuentes en los pacientes, cada forma de malestar es cualitativamente diferente, única y relevante. Dentro de las formas de malestar que se presentan, a menudo están la ansiedad, los síntomas depresivos, la inquietud, la irritabilidad, las dificultades sociales, los conflictos en casa, la alteración del sueño, los duelos y la disminución del autoconcepto y la valoración de sí mismos. Desde el inicio de la pandemia, por todos los cambios imprevistos y radicales en el estilo de vida, como el cambio en el lazo social y el acercamiento a la enfermedad y a la muerte, se han agudizado muchos síntomas. En este contexto, lo primero que recomiendo, en caso de que presente malestar emocional elevado o que afecte a su funcionamiento cotidiano, es que busque ayuda psicológica. Adicionalmente y de forma complementaria, se recomienda lo siguiente: para empezar, se deben crear distintos tiempos en la rutina diaria para realizar ejercicio físico de intensidad moderada, una actividad de relajación y un proyecto o espacio de interés personal. También es importante tener encuentros virtuales o presenciales con amigos o familiares, y mantener el lazo social que se ha visto gravemente afectado. Finalmente, es vital tener buenos hábitos en torno al sueño o higiene del sueño. 

  • Qué impresión tiene de las visitas a los colegios y cómo estos se pueden beneficiar de los servicios psicológicos que ustedes ofrecen.

―Al atender a niños y adolescentes es muy importante mantener una comunicación y un trabajo cercano con las instituciones educativas, por lo cual las visitas a los colegios constituyen espacios muy valiosos. Estas consisten en reuniones en las que se trabaja a partir de lo que los profesores, psicólogos y otros agentes del medio escolar observan y detectan, y de los elementos que uno como psicólogo tratante identifica como relevantes para trabajar con el colegio. Así, las visitas a los colegios benefician los procesos psicológicos, pues en estas se generan estrategias en conjunto o paralelas que favorecen a los pacientes y también se pone al día sobre la situación de este en el campo escolar. En la época actual observamos la aparición o exacerbación de dificultades a nivel emocional y de aprendizaje en los niños y adolescentes a causa de los cambios en el estilo de vida y de la educación virtual, por lo que son muy pertinentes las visitas a colegios. 

  • Cuénteme de su experiencia al trabajar con niños y adolescentes.

―Cada niño y su familia con los que he trabajado han sido un mundo diferente y el trabajo clínico con niños apunta a escuchar esa voz particular que se manifiesta en el malestar psíquico y en los síntomas. Por lo mencionado y, debido a que los niños se encuentran en un momento de estructuración psíquica, es un trabajo que requiere mucha creatividad, escucha atenta y flexibilidad. Además, es vital el trabajo con los padres, puesto que los síntomas de sus hijos son un reflejo de las dificultades en cuanto a la relación de los padres y de la familia. Es común que los padres acudan esperando que el cambio se haga en sus hijos, pero en el camino se encuentran con la necesidad de trabajar aspectos de ellos mismos que están implicados en la relación con estos. Por eso, planteo a las sesiones con padres como espacios de trabajo en los cuales ellos aportan con su saber de padres y con lo que pueden decir sobre las dificultades personales que presentan en su parentalidad. Otro integrante fundamental en el trabajo con niños es el colegio. Me he encontrado con instituciones educativas que han tenido la apertura y el interés de trabajar en conjunto y he visto cómo eso ha aportado significativamente al trabajo con los pacientes. 

Con los adolescentes, el trabajo también incluye a los padres, pero se diferencia notoriamente por las particularidades del momento subjetivo por el que están transcurriendo. El adolescente se encuentra en un periodo de cambios sustanciales a nivel psíquico, físico, social, y en la compleja e incómoda situación de ser demasiado “grande” para algunas cosas y, a la vez, ser muy “chico” para otras. En mi experiencia es vital que en la psicoterapia con adolescentes se acoja y escuche con oídos diferentes a los de sus padres o profesores y que sea un espacio en el que puedan verbalizar de forma segura sus preguntas, malestar y otros contenidos. En cuanto al trabajo que se realiza con los padres, he identificado que no solo los adolescentes ingresan a un tiempo distinto, sino que los padres también se inauguran como padres de hijos adolescentes, por lo cual con ellos trabajo en las dificultades y pérdidas que estos cambios implican, entre otros temas. 

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