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Biles decidió velar primero por su salud mental antes que participar en pruebas de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020

Simone Biles, entre la competencia y la salud mental

Escrito por Adriana Ramirez en .

Simone Biles se ha convertido en leyenda de la gimnasia artística mundial. Pero aparte de ser noticia por su notable desempeño como deportista estadounidense, puesto que es considerada la mejor de su área en todo el orbe, ha dado de qué hablar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. La razón: querer velar primero por su salud mental y renunciar, para ello, a algunas pruebas de la competencia. 

Pese a que esta multicampeona nacional y mundial, de 24 años de edad, desistió de participar en pruebas individuales y en la final por equipos (luego de haber hecho un ejercicio de salto atravesó por un caso de desconexión entre la mente y el cuerpo, lo que en gimnasia se conoce como twisties y que puede acarrear serias lesiones, por ejemplo, la parálisis), dio pie a visibilizar el problema que otros deportistas también viven: daños a su salud psicológica y emocional. 

“Fue un milagro que cayese de pie. Cualquier otra persona habría salido en camilla. En cuanto aterricé en ese salto, fui y le dije a mi entrenador: ‘No puedo continuar”, señaló Biles, según lo que reseñó el diario AS acerca de una entrevista que la gimnasta concedió a la revista New York.  

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La gimnasia, pues, ha sido escenario no solo de belleza, coordinación, equilibrio, fuerza, balance, sincronización y riesgos, fuertes riesgos, sino también de denuncias como la que hizo Biles en 2018 en contra del médico del equipo estadounidense, Larry Nassar, a quien acusó de haber abusado sexualmente de ella en 2016.

Al igual que esta denuncia, que se hizo pública, hay otras de casos que también han llevado al deterioro de la salud mental de los deportistas de élite.

Entre estos se encuentran los entrenamientos excesivos, el control que ejercen entrenadores sobre la comida que ingieren los deportistas, a fin de que mantengan el peso adecuado; los golpes que entrenadores infligen, debido a errores cometidos por parte de los mismos gimnastas; la falta de atención médica, incluso cuando los atletas tienen lesiones; los insultos, las amenazas, la presión y hasta el tráfico de personas. 

Estas mismas situaciones han conducido a serias consecuencias, que suceden en la gimnasia y en otras disciplinas. Entre estas se pueden mencionar las autolesiones, los problemas alimentarios, los traumas, el estrés, el estrés postraumático, la depresión, la ansiedad, el miedo, el cansancio y la inseguridad en sí mismos.

De acuerdo con Discapnet, portal especializado en discapacidad, es trascendental hallar el equilibrio adecuado entre el deporte y la salud mental, y es que, en principio, ambos recursos son aliados para el bienestar de cualquier persona.

No obstante, señaló que hay atletas que callan problemas psicológicos, los cuales pueden influir en que no lleguen a un alto nivel competitivo, y que tanto el mismo estrés de las competencias como el ambiente deportivo podrían afectar la manera como los atletas se sienten y su desempeño. 

“Hay trastornos psicológicos comunes que influyen en el rendimiento deportivo. Estas condiciones no se limitan a los deportes, pero son frecuentemente la fuente de problemas para los atletas. Algunos de los trastornos están interrelacionados en que pueden ocurrir simultáneamente en el atleta. El estrés mental de la competencia puede llegar a generar un problema mayor. El ambiente deportivo es un caldo de cultivo para muchos trastornos, muchos atletas no llegan a un alto nivel competitivo debido a distintas razones psicológicas. Por esta razón, muchos atletas mantienen en secreto problemas psicológicos que tienen”, afirmó.

El caso de Simone Biles

A manera de referencia, pasamos a contar lo último del caso de Biles y otras gimnastas que han abogado por que se investiguen las denuncias de abuso sexual en la disciplina y se cambie la directiva del Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos (Usopc, por sus siglas en inglés), a fin de que se eviten situaciones de ese tipo, haya transparencia y sanciones.

Así las cosas, este 14 de octubre, Biles pidió, junto con otras gimnastas como McKayla Maroney, Maggie Nichols y Aly Raisman, que el Congreso destituyera a los dirigentes de la Usopc, debido a la manera pasiva como abordó los abusos sexuales de los que fue acusado Nassar, quien fue sentenciado a cadena perpetua por haber abusado sexualmente de centenas de gimnastas. 

De acuerdo con la denuncia de la deportista, los directivos no actuaron ni debida ni diligentemente, pese a saber lo que estaba ocurriendo con las gimnastas, entre ellas niñas y adolescentes, desde hacía años. 

“Echo la culpa a Larry Nassar y también echo la culpa a todo el sistema que permitió y perpetró ese abuso. USA Gymnastics y el Comité Olímpico y Paralímpico estadounidense sabían que estaba sufriendo abusos por parte del médico oficial del equipo”, dijo Biles, según reseñó el diario Marca acerca del momento en que esta compareció por primera vez ante el Comité Judicial del Senado.  

Según el medio, dicho comité podrá destituir a los directivos de federaciones deportivas o disolver la junta directiva de los Comités Olímpico y Paralímpico, una vez que a finales de octubre entre en vigencia la nueva ley que se aprobó hace un año en el ámbito de los deportes.

“Hacemos esta solicitud después de años de paciencia, deliberación y compromiso no correspondido para aprender de nuestro sufrimiento y hacer que los deportes de aficionados sean seguros para las generaciones futuras. (…) Creemos que las acciones pasadas de la Junta demuestran una falta de voluntad para enfrentar los problemas endémicos con el abuso que deportistas como nosotras hemos sufrido y una continua negativa a buscar una reforma verdadera y necesaria de un sistema olímpico roto”, dijeron las deportistas en una carta que dirigieron al Congreso y que publicó el diario Wall Street Journal.

Sin embargo, el Comité Olímpico y Paralímpico respondió explicando las medidas que ha tomado desde 2018. Dijo que se han implementado cambios para evitar que hechos como los denunciados vuelvan a suceder y que siguen oyendo las preocupaciones que miembros de la comunidad olímpica y paralímpica han emitido al respecto.

Las deportistas aseguraron que en 2015 fue cuando los directivos olímpicos de Estados Unidos oyeron por primera vez acerca de las acusaciones contra Nassar, y que no hicieron nada. Agregaron que algunos miembros del Comité Olímpico de 2015 y 2016 siguen ocupando sus cargos y por eso pidieron al Congreso que remplazara a la junta directiva de dicho comité para que asuman directivos que investiguen el problema del abuso sexual dentro de las organizaciones olímpicas, incluyendo la Usopc, y todo lo que, afirman, hicieron por ocultar la situación. 


Un gimnasta ―y cualquier deportista en general― debe estar a tono mental, emocional y físicamente para dar lo mejor de sí y llegar a la meta. Pero cuando el oro es la meta, y las condiciones no están dadas para alcanzarlo, surge un quiebre entre el deseo y la realidad / Crédito: Pexels

A su vez, Biles cuenta en una entrevista que le hizo su madre adoptiva Nellie sobre por qué decidió retirarse de la prueba de equipos en los Juegos Olímpicos de Tokio, pese a la preparación de sus compañeras, y cómo pudo ayudar a otras personas a hablar sobre la salud mental.

“No quería perder la medalla para el equipo, porque las muchachas estaban preparadas para ir y ellas hicieron su trabajo. (…) El estrés fue un factor importante que fue aumentando con el tiempo, y mi cuerpo y mi mente dijeron ‘no’. (…) Entrenas durante cinco años y esto no es lo que tú deseas. [Pero] sé que ayudé a muchas personas y atletas a hablar sobre salud mental y decir ‘no”, aseguró.

Por último, cabe agregar que, entre otros casos notorios, la también mundialmente aclamada gimnasta, pero de origen rumano, Nadia Comaneci, denunció daños a su salud mental tanto por parte del régimen comunista del dictador Nicolae Ceauşescu, que fue acusado de acoso, vigilancia y hostigamiento, como por parte del matrimonio de entrenadores Béla y Marta Károlyi. 

Estos últimos fueron acusados de obligar a las gimnastas a que entrenaran sin descanso, de controlarles todo lo que comían, de golpearlas si los resultados no eran los más óptimos y de no brindarles atención médica si presentaban lesiones.

Asimismo, a los Károlyi, quienes, al igual que Comaneci, pidieron asilo político en Estados Unidos, también se les acusa de haber sido cómplices de Nassar al saber, y callar, sobre los abusos sexuales en contra de las gimnastas estadounidenses.

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