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El paciente, pensando en su salud, debe evitar siempre la automedicación o suspender por sí mismo el tratamiento

La importancia de la psicofarmacología

Escrito por Adriana Ramirez en .

La psicofarmacología es un campo de suma importancia hoy en día. Además de terapias psicológicas tradicionales, terapias biológicas (estrategias para la estimulación cerebral) o terapias alternativas, la psicofarmacología es un área que ayuda al tratamiento de los síntomas de condiciones de salud mental y, con ello, a mejorar la calidad de vida de la persona y su entorno (si, entre otros factores, el medicamento es el apropiado, el caso lo requiere y el especialista cuenta con la facultad para prescribirlos).

Sin embargo, es muy importante que el paciente entienda y siga claramente las instrucciones que el especialista dé y que no se medique a sí mismo, a fin de evitar situaciones como daños a la salud, dependencia física, adicciones, sobredosis, interacciones medicamentosas o muerte. 

El especialista, por su parte, tiene que estar actualizado sobre los últimos avances en este campo, resultados de investigaciones, estudios y pruebas comprobables, utilidad y efectos de medicinas, tiempo de duración en el organismo, condiciones físicas y edad del paciente, características de cada condición de salud mental, efectos de interacciones con bebidas, alimentos y demás productos consumibles, regulaciones legales, etc.

Pasamos, pues, a comentar enseguida algunos aspectos que cualquier persona y su entorno deben saber ante los medicamentos en salud mental.

¿Qué es la psicofarmacología?

De acuerdo con la Sociedad Americana de Psicofarmacología Clínica (ASCP, por sus siglas en inglés), la psicofarmacología es “el estudio del uso de los medicamentos para el tratamiento de las condiciones mentales. La complejidad de este campo implica la actualización constante para mantenerse al día con respecto a los nuevos avances. Los psicofarmacólogos deben entender todos los principios clínicamente relevantes de la farmacocinética (lo que hace el cuerpo con respecto al medicamento) y la farmacodinámica (lo que hace el medicamento con respecto al cuerpo)”. 

Asimismo, es muy importante que se abarquen áreas como la neurociencia básica, la psicofarmacología básica, la medicina clínica, el diagnóstico diferencial de las condiciones mentales y las opciones de tratamiento. Sin embargo, es esencial que el especialista actúe junto con el paciente, el equipo tratante y la familia, y que el paciente entienda claramente, adaptando las indicaciones a sus condiciones de entendimiento y comunicación, aspectos tan relevantes como la utilidad del medicamento, las dosis requeridas y su administración, los posibles efectos secundarios, los posibles efectos secundarios graves que podrían presentarse y qué hacer al respecto, etc.

Por otra parte, la psicofarmacología estudia, partiendo de su tratamiento de las condiciones de salud mental, cómo los componentes de los medicamentos influyen en las conductas de las personas y cómo estos cambian tanto los pensamientos como las emociones de ellas, a la vez que ejercen un efecto estimulante o sedante, según cada caso. Entre las diferentes condiciones que pueden ser tratadas mediante psicofármacos, se encuentran el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), la esquizofrenia, la depresión, la ansiedad (tanto la depresión como la ansiedad son considerados casos muy frecuentes en la población mundial), el trastorno bipolar, el abuso en el consumo de sustancias y los problemas del sueño.

A su vez, cabe destacar que la selección de los fármacos será siempre individualizada. Así, “ningún psicofármaco es siempre eficaz en todos los pacientes con el mismo diagnóstico. La eficacia de un fármaco solo puede predecirse en parte y depende de la farmacocinética y de la farmacodinámica del psicotrópico y del trípode biopsicosocial del paciente. Por lo tanto, la selección de un fármaco determinado se hace caso por caso, siguiendo el juicio clínico, y en base a lo siguiente: 1. El tipo de fármaco en cuestión; 2. La biología del paciente en particular; 3. La experiencia y el juicio clínico del médico que prescribe el fármaco; y, 4. El contexto situacional y ambiental del paciente”, aclaró, por su parte, el estudio Principios de psicofarmacología: una introducción.

Lee nuestro artículo ¿Por qué se recomienda la psicoterapia?

¿Qué hace un psicofarmacólogo?

Un psicofarmacólogo es un especialista que se encarga de, según Deborah Felds, autora del artículo What is Psychopharmacoloy?, asesorar sobre qué medicina podría funcionar mejor en el caso de un paciente con alguna condición de salud mental en particular.

Los psicofarmacólogos “entienden cómo funciona el medicamento y cuáles son los resultados clínicos que se esperan. También es probable que el médico tenga conocimientos de neurociencia, ya que los medicamentos utilizados tienen un efecto en el funcionamiento del sistema nervioso central. Además, comprenden las diferencias que existen entre una amplia gama de condiciones de salud mental”, explicó.

Así, el especialista deberá conocer muy bien, tal como se dijo antes, tanto la farmacocinética como la farmacodinámica porque, por ejemplo, ―explicó Felds― se debe saber si el fármaco incide en alguna zona de recompensa del cuerpo y, por tanto, hace que actúe muy rápido, lo que podría ocasionar un posible subidón en el paciente y el riesgo de que haya alguna adicción.

“Por lo tanto, el científico necesita entender cómo se relaciona el fármaco con el cuerpo a lo largo del tiempo y a una dosis determinada, cuánto tiempo pasa en el organismo y si es posible que reaccione ante cualquier otro medicamento que el paciente esté tomando. Deben tener algún tipo de conocimiento sobre la genética de los pacientes, ya que esto también podría tener un impacto significativo”, agregó.

A su vez, cabe destacar que, así como existen los psicofármacos, también se encuentran las terapias psicológicas, los tratamientos biológicos no farmacológicos y las terapias alternativas; todo ello, con el fin de contribuir al mejoramiento integral del paciente y según lo que amerite cada caso. Con esto se quiere decir que no solo las condiciones de salud mental se abordan por medio de los fármacos, sino que también existe toda una variedad de prácticas que contribuyen a la identificación de las causas; al entendimiento de la situación, los pensamientos, las conductas y las emociones de la persona y sus familiares; a la comprensión del ambiente en el que se desenvuelve y cómo influye en el paciente; al abordaje de condiciones físicas que podrían también repercutir en su caso; al aprendizaje de estrategias de afrontamiento, etc.

¿Cómo actúan los psicofármacos en el cerebro?

“Por lo general, la función básica de los psicofármacos es hacer que ciertas neuronas se comporten de un modo diferente a como estaban actuando. Para conseguir ese efecto influyen directa o indirectamente en el modo en que estas células nerviosas re-captan ciertos tipos de sustancias llamadas neurotransmisores. Así, por ejemplo, un psicofármaco puede hacer que cierta clase de neurona deje de captar una alta cantidad de dopamina o inhiban la recaptación de serotonina, lo que genera una reacción en cadena que hace que los síntomas mejoren”, explicó la página web Psyciencia.

Por su parte, la publicación Psychology Today dijo: “Muchas drogas, incluyendo los antidepresivos ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) como Prozac y los medicamentos estimulantes, funcionan directa o indirectamente al alterar los niveles de los neurotransmisores, los mensajeros químicos en el cerebro. Pueden activar o inhibir la liberación de varios neurotransmisores o bloquear su recaptación en el sistema nervioso, lo que aumenta su disponibilidad y refuerza su poder de señalización”.

¿Cuáles son los psicofármacos?

Hay diferentes tipos de psicofármacos. Algunos de ellos son los ansiolíticos, los hipnóticos o somníferos, los estabilizadores del estado de ánimo, los antipsicóticos, los antidepresivos, los antimaníacos y los anticonvulsivos.

¿Qué debes hacer en caso de consumir psicofármacos?

  • Sigue siempre las instrucciones del especialista.
  • Dile qué estás consumiendo, sean medicamentos, productos a base de hierbas, complementos, etc.
  • Dile si estás presentando otras afecciones (o si estás embarazada, pensando en quedarlo o si estás amamantando) y que estás consumiendo para ello.
  • Evita sustancias como el alcohol, ya que esta, entre otras bebidas y alimentos, puede incidir en los efectos del medicamento.
  • No te automediques, suspendas, mezcles, aumentes o disminuyas las dosis tú mismo.
  • No adquieras las medicinas de manera fraudulenta, por ejemplo, recurriendo a engaños para conseguir más medicinas ni en establecimientos virtuales o físicos que no estén autorizados.
  • Asegúrate de entender muy bien las indicaciones del especialista (y si no, algún familiar o amigo que esté al tanto) y de seguirlas tal como te lo explicaron. Lleva un control de su ingesta.

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